El Consello Regulador da Denominación de Orixe Protexida (DOP) Mexillón de Galicia, y particularmente el que fue su presidente en los últimos años, Ramón Dios, van a tener que rendir cuentas, tanto si quieren como si no.

Después de que la Consellería do Mar solicitara todos los documentos relativos al estado financiero de la entidad, la Administración se topó con "un oscurantismo absoluto", pues Ramón Dios les envió las cuentas de 2006 y 2007, pero no las de 2008 y 2009.

Además, en la documentación parcial que fue remitida a Mar "se han detectado posibles irregularidades".

Es por este motivo que la Xunta de Galicia ha decidido abrir una investigación en profundidad de todo lo que ha sucedido en el Consello Regulador durante los últimos años, especialmente en lo concerniente al manejo de fondos.

Para conseguir claridad, la Consellería do Mar encarga una auditoría externa e independiente que será la encargada de determinar cuál es el estado financiero real de dicho órgano.

En cierto modo, la Administración adopta esta medida presionada por el propio sector mejillonero al que teóricamente representa el Consello Regulador. Hay que recordar que hace unas semanas fueron los dirigentes de las asociaciones y organizaciones productoras los que pidieron la mediación de Mar para arrojar luz sobre el estado económico del Consello.

Fue entonces cuando la Xunta reclamó las cuentas a Ramón Dios, "por las buenas", pero la contestación fue vaga e incompleta, "de ahí que esta consellería decidiera encargar una auditoría externa que aclare la situación financiera y patrimonial del Consello", según explicaron ayer desde Mar a los representantes mejilloneros reunidos en el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar).

Con la auditoría van a conocerse las cuentas reales, pero también se va a intentar esclarecer la situación de la plantilla de personal, pues al parecer las contrataciones aumentaron en los últimos tiempos, coincidiendo con el momento de crisis y quiebra en el que entró la depuradora Megalmar, perteneciente a la Organización de Productores Mejilloneros de Galicia (Opmega).

Algunos bateeiros informaron a Mar de que el personal de Megalmar, o al menos una parte, habría sido "recolocado" por el Consello sin cumplir los trámites necesarios, y esa sospecha es lo que se va a investigar ahora.

Otro asunto a concretar fue avanzado igualmente hace semanas por FARO. Se trata de la pérdida de una importante cantidad de dinero –alrededor de 1,4 millones de euros– que la anterior consellería, la de Pesca, había entregado al Consello para la realización de promociones.

"Los convenios firmados por la extinta Consellería de Pesca y el Consello Regulador finalizan este año", y se sospecha que no fueron ejecutados y, en consecuencia, que se pierde el dinero.

Uno de los convenios firmados era el de dotación de medios para la emisión de documentos de registro del mejillón y la transmisión telemática de datos. El otro convenio trataba de impulsar la Denominación de Origen y la promoción del producto. Nada más se supo de aquellos acuerdos.

Así las cosas, en Mar sostienen que encargaron la auditoría "después de haber solicitado en reiteradas ocasiones toda clase de información relativa al estado de cuentas del Consello, siendo remitida de forma incompleta".

En el sector creen que, en función del resultado que arroje esta auditoría, lo ocurrido en el Consello durante el mandato de Ramón Dios puede acabar en los tribunales de justicia.

Esa puede ser una de las consecuencias. La otra es la división existente en el sector, que se ha visto claramente agravada de un tiempo a esta parte, precisamente a causa de ciertas decisiones adoptadas en el seno del Consello.

No hay que remontarse demasiado lejos para analizar lo sucedido con el proceso electoral aún en marcha, el que debe servir para encontrar sustituto a Ramón Dios.

Fue él quien dijo que los socios del Consello que no estuvieran al corriente en el pago de sus cuotas no podrían participar en la votación. Y quienes se encontraban en esa situación replicaron que tampoco querían formar parte de las elecciones si antes no se aclaraba el estado económico de dicho órgano, "pues nadie quiere arriesgarse a entrar ahí y encontrarse un montón de deudas y problemas sobre la mesa".

Con ese enfrentamiento abierto se llegó a una jornada electoral en la que se votó una lista consensuada de productores de mejillón. Pero consensuada sólo por el 30% de las bateas de Galicia, pues el 70% restante, supuestamente, no podía ejercer su derecho a voto.

Esto significa que el nuevo pleno del Consello, el mismo que ahora debe designar presidente, representa a sólo 3 de cada 10 productores de Galicia, lo que da una idea de su escasa representatividad y, como se explicó anteriormente, evidencia la fragmentación organizativa del sector.

El Consello nació hace más de diez años de la mano de Olimpio Castelo para unir al sector, representarlo y promocionar la DOP, pero se ha convertido en un órgano en el que casi nadie cree. Su futuro está más amenazado que nunca, como reconocen los propios bateeiros.

De todo ello se habló en la reunión mantenida ayer en Vilaxoán, con presencia de los dirigentes mejilloneros, el director xeral de Competitividade, Juan Carlos Maneiro Cadillo, y la directora de Intecmar, Covadonga Salgado.