La elaboración de la nueva ordenanza de terrazas promovida por la Concellería de Innovación e Industria cerró ayer un nuevo capítulo de enfrentamientos entre los hosteleros y la concejala Rosa Abuín. Ambas partes volvieron a sentarse ayer para acercar posturas sobre un documento que, pese a que será llevado a pleno la próxima semana, no acaba de convencer a la mayoría.

Rosa Abuín se sentó a la mesa durante más de dos horas para escuchar las peticiones de los hosteleros que reclaman una "reconsideración" de los espacios fijados en la ordenanza sobre todo en lo referente a la distancia entre los toldos y a la superficie ocupada por lo que ellos llaman velador (una mesa y cuatro sillas). La concejala explicó a los afectados que estos puntos deberán ser estudiados por el equipo técnico que valorará la posibilidad de reducir la superficie del velador de los 2x2 metros estipulados en la ordenanza a los 1,75x1,75 que reclaman los hosteleros.

Pese a estos aspectos técnicos, la mayoría de los hosteleros presentes (de la zona de A Baldosa, O Castro y miembros de Ahituvi) se comprometieron a, de forma paulatina, ir presentando proyectos de remodelación de su idea de terraza que vayan en consonancia con lo exigido en el controvertido documento.

La Concellería de Industria ya prometió en la reunión de la semana pasada que la prórroga para adecuar a la norma las distintas instalaciones afectadas dotará a los hosteleros de un mayor margen de operatividad, dado que la intención del gobierno local es esperar al menos hasta octubre del próximo año a que la ordenanza se cumpla en su mayor parte.

Pese a las fricciones, el encuentro también sirvió para limar asperezas dado que, según comentó Rosa Abuín, algunos de los hosteleros se comprometieron ayer a retirar los toldos que existen en la actualidad en algunas terrazas y que están anclados al suelo de la vía pública.

En la ordenanza se contempla además la colocación de las mesas y las sillas en el exterior de los locales, así como la separación que debe existir entre ellas.

Los hosteleros tendrán ahora la oportunidad de aportar sus valoraciones respecto a la ordenanza con la finalidad de, si se cumplen los requisitos técnicos mínimos, los cambios puedan ser introducidos en el documento antes de que sea llevado a la sesión plenaria del día 29.

La ordenanza parece que será, al final, un tira y un afloja entre las dos partes dado que el Concello ha prorrogado el plazo de ejecución, lo que no exime a los propios hosteleros del cumplimiento de un documento que será obligado.