Puerto de Vilagarcía, Xunta, patrones mayores y empresarios del sector de la transformación (cocederos y conserveros) ven con buenos ojos la propuesta de la Asociación de Mexilloeiros Virxe do Rosario, en el sentido de utilizar la concha sobrante del molusco para regenerar los fondos marinos en los que está previsto amontonar los fangos generados por el dragado portuario.

Tal y como FARO avanzó el domingo, la propuesta de la entidad bateeira que preside Javier Blanco fue analizada ayer por el consejo de administración del Puerto de Vilagarcía, que preside Javier Puertas. En dicho encuentro se expusieron los pros y los contras de la utilización de la concha del molusco, advirtiéndose una vez más de que puede ser válida tanto para regenerar los fondos marinos como para dar salida a los restos que se acumulan a diario en las empresas, las cuales tienen enormes problemas para encontrar el modo de deshacerse de esa materia orgánica.

Tras escucharse los planteamientos de Javier Blanco, parece que los responsables del Puerto se mostraron interesados por la medida y brindaron su colaboración a los sectores productivos de la ría, pues tanto bateeiros como mariscadores pueden resultar los más perjudicados por la realización de dragados, sobre todo si estos y el posterior vertido de los fangos no están controlados o sometidos a medidas correctoras.

También la Consellería do Mar parece considerar positiva la propuesta de Virxe do Rosario, de ahí que la Administración se comprometa a realizar los estudios técnicos y científicos necesarios para determinar la viabilidad de la medida.

Si todo marcha según lo previsto parece evidente que este proyecto experimental va a concretarse, es decir, que los fangos y demás restos obtenidos con el dragado van a ser depositados en el entorno de la isla de Sálvora, acumulándose sobre ellos la concha y demás materia orgánica sobrante del proceso de transformación, con lo que se cree posible regenerar la zona afectada provocando un aumento de peces y mariscos.

Hay que precisar, como se avanzaba el domingo, que en caso de llevarse a efecto esta medida se procederá a la realización de un estudio posterior, y serán los biólogos los que, a corto y medio plazo, indiquen si la medida tiene las ventajas que se le presuponen.

A la espera de ver cómo contribuye la concha a la regeneración de los fondos marinos degradados, de lo que no cabe duda es de que acometer esta acción va a resultar altamente positivo para las empresas transformadoras que actualmente tienen pocas opciones para deshacerse de las conchas, lo cual condiciona su actividad.

Juan Suárez, gerente de Cocedero Suárez y presidente de la Asociación Gallega de Cocederos, cree que "utilizar la concha para regenerar los fondos puede ser una solución muy buena y satisfactoria para todos". Esgrime que "ya se habían realizado propuestas semejantes en los últimos años, pero nunca se tuvieron en cuenta, por lo que ahora estamos ante una nueva oportunidad que, en cualquier caso, también requiere de la plena implicación de los bateeiros, pues no se trata sólo de deshacerse de la concha que generamos nosotros en los cocederos, sino que también hay que buscar el mejor lugar para los restos procedentes del laboreo –la actividad propia del cultivo de molusco que se realiza en los barcos y bateas–, ya que lo habitual es que esos restos sean lanzados por la borda en cualquier lugar".

Ni que decir tiene que Javier Blanco se mostró muy satisfecho tras la reunión el consejo de administración en la que pudo exponer su idea. "Es una iniciativa válida para todos, y cuando digo todos habló de nosotros, los bateeiros, pero también de los cocederos, de la industria conservera y de la ciudadanía en general, ya que estaremos contribuyendo a proteger el medio ambiente e incluso a regenerar zonas degradadas por la acumulación de los restos que trasladan las dragas", apostilla el presidente de Virxe do Rosario, quien además incide en otras medidas complementarias para controlar el dragado, tales como la instalación de medidores de turbidez y la colocación de aparatos GPS y sensores de apertura de compuertas para controlar en todo momento el movimiento de los barcos encargados de trasladar los fangos hacia la zona de vertido.