¿Quién dijo crisis? Eso es lo que puede preguntarse cualquiera que disfrute de la Festa do Marisco de O Grove, que cuando hoy a las 21 horas cierre sus puertas va a arrojar un balance aproximado de 170.000 raciones vendidas y más de 700.000 euros facturados.

Es así después de que localidad recibiera durante el fin de semana a una gran marea humana, formada por gentes llegadas de todas partes –sobre todo de España y Portugal– dispuestas a consumir las mejores viandas de las rías.

A falta de contabilizar esta última jornada puede hablarse ya de un registro espectacular, y de récord, sobre todo después de que ayer se alcanzara ya el total de raciones despachadas en toda la edición de 2008, situándose el balance de 2009 muy cerca de las 202.525 con las que se cerró el que se creía irrepetible certamen de 2007.

O Grove y su Festa do Marisco vuelven a marcar distancias respecto a sus competidores –cada vez son más las réplicas de este certamen que se organizan en toda España– y cierran la boca a unos pocos que aún no creen en este pueblo y su evento gastronómico.

Y la mejor manera de mantener el liderazgo de las fiestas gastronómicas es ofrecer resultados como los de ayer, cuando se vivió una jornada sencillamente apoteósica. Sólo por la mañana se habían vendido casi 26.000 raciones, por lo que al finalizar la jornada estaba previsto llegar al menos hasta las 35.000, pero sin renunciar a rondar las 40.000.

Al cierre de esta edición seguían trabajando las cajas y los puestos de venta, pero aún así pueden ofrecerse datos provisionales contundentes. Por ejemplo, desde que empezó la fiesta, el día 2 a las 19 horas, hasta ayer por la noche, se vendieron entre 150.000 y 160.000 raciones.

De ese total destacan cerca de 12.000 raciones de pulpo, 10.000 vieiras al horno, otras tantas raciones de arroz de mariscos, alrededor de 7.000 de navajas a la plancha, más de 7.000 botellas de albariño, 6.000 raciones de almejas a la marinera, unas 5.000 de cigalas a la plancha, 4.000 botellas de ribeiro y casi 16.000 raciones de berberechos, ostras, zamburiñas y langostinos a la plancha, repartidos a partes iguales. A esto se suman más de 10.000 raciones de empanadas –de diferentes sabores– y cerca de 11.000 de mejillones –con distintas presentaciones y salsas–. Todo ello constituye sólo un pequeño resumen de la actividad de esta multitudinaria fiesta de interés turístico nacional, en la que por cierto es imposible calcular la gran cantidad de dinero que se queda en el comercio y la hostelería local.

La demanda en la jornada de ayer llegó a tales extremos que a última hora de la mañana se habían agotado productos como los langostinos, los mejillones en vinagreta, nécoras, navajas, percebes, zamburiñas y varios tipos de empanadas, estando previsto reponer las neveras, hornos y planchas antes de reabrir las carpas en horario vespertino.

La del sábado, con 37.118 raciones y 166.000 euros ingresados, se había convertido en la tercera jornada más importante de los 46 años de historia de la Festa, pero cuando todo parecía indicar que por esta edición se había tocado techo, el soleado domingo deparó una formidable sorpresa, pues muchos aprovecharon el buen tiempo, y que hoy es festivo, para disfrutar con más tranquilidad de O Grove y su fiesta.

Lo mejor de todo es que no sólo el recinto ferial estuvo a rebosar. Ayer era casi imposible encontrar una mesa libre para comer en cualquiera de los restaurantes mecos, al igual que durante todo el fin de semana era inútil buscar habitación en cualquiera de sus hoteles.

Las terrazas, bares y cafeterías también se llenaron, como los pubs, el Restaurante do Mar, los barcos de pasajeros e incluso muchos comercios que, ante la avalancha, decidieron abrir sus puertas a pesar de ser domingo.

El formidable ambiente se vivió tanto en O Corgo como en A Toxa, e incluso en paseos marítimos y playas a las que muchos acudieron para reposar la comida, en algunos casos incluso para darse un chapuzón.

Varios cientos de autobuses se ocuparon de trasladar durante todo el día a miles de personas, como miles fueron los turismos desplazados hasta la península meca, por momentos convertida en un gran atasco.

Pero ninguna incomodidad parecía importar. La calidad del producto, y sobre todos sus módicos precios y el innegable tirón turístico de O Grove, convirtieron a esta localidad pontevedresa en referencia gastronómica indiscutible.

A Maroma

Como una referencia es Fexdega, aunque lógicamente salvando las distancias, pues la cantidad de público asistente a este evento no tiene nada que ver con lo que ocurre en O Grove.

La Feria Multisectorial de Vilagarcía también cierra hoy sus puertas después de un arranque con baja afluencia de clientes, lo cual parece indicar que no fue buena idea hacer coincidir este certamen con la Festa.

Aún así, ayer por la tarde se registró una muy buena entrada en el recinto de A Maroma, pues Fexdega sigue siendo, por nombre y trayectoria, una feria de interés para sectores como la automoción, artesanía, decoración, industria, construcción, comercio y otros muchos.