El Castro de Alobre podría haber sido habitado mucho antes del siglo II a. de C. El descubrimiento de un nuevo edificio circular en la tercera fase de excavación señala que los asentamientos poblacionales han sido anteriores a los ya documentados.

Los resultados son consecuencia de los trabajos realizados durante el pasado verano en el yacimiento de Montiño que también han permitido constatar que los restos del horno romano descubiertos en la anterior campaña correspondían a una fábrica de tejas de tipo industrial.

Las investigaciones apuntan a que este horno cuenta con unas dimensiones y una estructura complejas, con dependencias aledañas a ambos lados de la cámara de calor. Del mismo modo, el estado en el que se conserva el edificio de carácter circular determina que su uso fue como vertedero una vez decaída su función doméstica.

Con estos descubrimientos y con los informes existentes hasta el momento señalan que el Castro de Alobre es un yacimiento de gran riqueza arqueológica que fue poblado en tres fases diferenciadas incluidas entre el siglo II a. de C. y el II d. de C.

Última campaña

En esta última fase de excavación, promovida por el Concello vilagarciano entre el 15 de julio y el 30 de septiembre, se han recuperado más de tres mil piezas entre las que destacan las de carácter puramente comercial y ratifican la fuerte actividad de producción externa de la capital arousana. Entre estos utensilios se encontraron varias vasijas, cerámica común y de lujo de origen romano, así como cerámica púnica.

Todos estos nuevos artilugios encontrados han sido consolidados y protegidos justo al final de la excavación para evitar su posible deterioro y con la finalidad de estudiar aún más profundamente su origen y su utilidad para una posible exposición en un futuro.

Los trabajos de esta última etapa se centraron en la ampliación del área excavada hasta llegar a una superficie de 100 metros cuadrados. De este modo se profundizó en el conocimiento de las estructuras que ya habían sido exhumadas.

En el proyecto, en el que participaron cinco arqueólogos, una restauradora, dos auxiliares y un topógrafo, ha cumplido con los objetivos establecidos en un primer término y se han aplaudido tanto el descubrimiento de la edificación circular como del origen exacto de la fábrica de tejas.

Futuros proyectos

Estos nuevos descubrimientos que acaban de llegar a su fin alientan al gobierno local a seguir invirtiendo tiempo y esfuerzo en la investigación de las raíces más antiguas de la capital arousana.

De hecho, no se descarta el inicio de nuevas fases para seguir desentrañando los secretos de un espacio alabado por todos aquellos que lo visitan.

En el aspecto didáctico de esta quinta campaña arqueológica destacaron las visitas realizados por alumnos de Educación Secundaria de los distintos centros del municipio.

Con este tipo de campañas Ravella pretende ahondar en los conocimientos que los jóvenes pueden tener sobre la historia de la ciudad que los acoge. Ante el éxito de dichas “expediciones” es probable que estas vuelvan a repetirse en el futuro.

Por el momento, los investigadores continuarán analizando los yacimientos encontrados, así como los objetos, para determinar con exactitud en qué siglo pudieron realizarse los primeros asentamientos. De este modo podría conocerse con exactitud el origen claro de la capital arousana, nacida del corazón del Castro de Alobre.