En Trabanca Badiña (Vilagarcía de Arousa), Abalo (Catoira) e Isorna (Rianxo) los trabajos para la puesta en marcha del Eje Atlántico de Alta Velocidad Ferroviaria están transformando casi por completo el paisaje. Muchas de las acciones previstas están ya ejecutadas, al menos en lo que se refiere a la fase de desmontes, explanación de terreno, colocación de tuberías o dotación de muros de contención.

Pero especialmente significativas resultan esas labores en los municipios catoirense y rianxeiro, donde a lo citado se suma la colocación de los primeros pilares del futuro viaducto.

Y esto supone trabajar cerca, a veces a menos de diez metros, de espacios protegidos como la laguna de Pedras Miúdas, pero también implica trabajar dentro del propio río Ulla, que además de por su valor ecológico destaca por su alta productividad, al disponer de uno de los bancos marisqueros más importantes de Galicia.

Zonas protegidas

Además, río y laguna forman parte de la Red Natura y están considerados, al menos en parte, como Lugar de Interés Comunitario (LIC), lo cual avala su importancia medioambiental.

De ahí que las obras del Tren de Alta Velocidad (TAV) alcancen una fase decisiva para el futuro de ambos espacios, pues el mínimo problema técnico, una deficiente planificación o la incorrecta adopción de medidas preventivas podrían dar al traste con toda la riqueza natural y productiva.

Como se avanzó hace dos meses, las obras habían comenzado ya dentro de las aguas del Ulla, para lo cual se instalaron barreras antiturbidez, tratando de evitar que los restos procedentes de las obras se dispersen por el cauce fluvial. Además se colocaron boyas medidoras o turbidímetros, para hacer un estrecho seguimiento del estado del río mientras se ejecuta este ambicioso proyecto.

Cofradías de pescadores arousanas, comuneros de Catoira, políticos y vecinos en general permanecen especialmente atentos a la aplicación de esas y otras medidas correctoras, pidiendo que se garantice en todo momento la protección de las aguas y entornos medioambientales tanto en el río como de la laguna.

Ahora puede decirse también que las primeras plataformas a ambas orillas del lecho del Ulla están ya finalizadas. Se trata de grandes salientes de piedra y tierra compactada que se adentran en el agua y desde los que se realizará el grueso del trabajo para hacer realidad el viaducto entre Isorna y Abalo.

105 millones de euros

Esta majestuosa construcción de casi dos kilómetros de longitud y un presupuesto de 105 millones de euros no se limita exclusivamente a cruzar el cauce fluvial, sino que se prolonga tierra adentro durante una considerable cantidad de metros tanto en Rianxo como en Catoira, para así habilitar la entrada o salida, según se mire, de la vía de alta velocidad que pasará sobre el viaducto. Y esto supone que uno de los extremos del futuro puente se sitúa muy cerca de la laguna de Pedras Miúdas.

En este lugar, caracterizado por las espectaculares imágenes naturales que ofrece, se aprecia estos días que las obras están casi encima, y por ambos lados.

Por la cara Este llega hasta la laguna el trazado que proviene de Vilagarcía, en el cual se aprecian grandes desmontes de terreno que, como queda dicho, mueren casi encima de Pedras Miúdas.

Por su cara Oeste arranca la explanación del terreno desde la que saldrá el futuro viaducto, en dirección a Rianxo.

Es una estructura de celosía metálica sujeta por pilares de hormigón.

Los tres vanos centrales del puente van a tener 225, 240 y 225 metros de luz. Pero además hay que tener presente la necesidad de instalar los vanos de acompañamiento decrecientes, es decir, los que van a estar sobre tierra firme, en las zonas ahora explanadas, con 120, 80 y 50 metros de luz.