Funcionarios de Aduanas y sindicalistas dicen haber apreciado “un preocupante y significativo repunte del narcotráfico en Galicia”. Tal es así que “se está recuperando el ritmo de los años ochenta, con un constante ir y venir de planeadoras”.

Antón Lestón, trabajador y delegado del sindicato CIG en la Agencia Tributaria, de la que depende el Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA), sostiene que “desde hace una buena temporada, y así lo hemos denunciado ya en otras ocasiones, se está produciendo un repunte en la entrada de droga”.

Cree que el movimiento de los narcotraficantes es cada vez mayor, y de ahí que de un tiempo a esta parte estén apareciendo planeadoras varadas o incendiadas en diferentes puntos de la costa, ya que a más movimiento, mayores posibilidades de localizar droga o embarcaciones.

También considera posible que el cambio generacional en los clanes, derivando en pilotos menos experimentados, puede estar detrás de la localización de lanchas de narcotráfico, pues a juicio de Antón Lestón “ya no quedan de aquellos pilotos de Fórmula 1 que había antiguamente y es la gente joven la que se está ocupando”.

Pero el gran problema, insiste, está en que “hay un repunte evidente de operaciones y cambios en el sistema de funcionamiento, con temporadas en las que se utilizan barcos pesqueros para el transporte y otras en las que se recurre a las embarcaciones semirrígidas, que resultan más cómodas y asequibles para los narcos”.

Este tipo de lanzaderas “son más fáciles de esconder y de adquirir”, pues las que se usaban antiguamente se hacían en galpones, en base a unos moldes difíciles de ocultar y mediante un sistema más laborioso. “Ahora acceden con mayor facilidad a las planeadoras, y eso les permite deshacerse de ellas sin tantos reparos como antes”, esgrime Lestón, quien advierte de que “no se está aprehendiendo ni el 15% de la droga que se está manejando”.

También declara que el lugar de moda actual para las operaciones es la Costa da Morte, “ya que es la zona peor vigilada”.

Enrique García Outeiral, funcionario del SVA y también sindicalista, apostilla que “existe un repunte en el narcotráfico y un cambio en el funcionamiento de los clanes, de ahí que estén apostando por las embarcaciones semirrígidas”.

Outeiral insiste en la necesidad de reforzar la vigilancia y los medios materiales y humanos disponibles en Galicia, “pues de lo contrario estamos volviendo a los años ochenta, cuando las planeadoras campaban a sus anchas por las rías”.

Reconoce que en la actualidad “se ejerce más presión policial y hay mejores medios que antes, pero aún así siguen siendo insuficientes porque también hay más tráfico”.