La Militancia del Partido Galeguista (PG) de O Grove, la misma que lamenta no haber sido convocada en asamblea para recibir explicaciones sobre lo ocurrido, no acepta que se emprenda una “caza de brujas” contra los miembros del partido que se atrevieron a hacer públicas -en FARO- sus críticas hacia el concejal Alfredo Bea.

Esos detractores de la figura del único representante municipal del partido le reprochaban que actúe por libre y “con prepotencia y chulería”, dejando “completamente de lado” a la ejecutiva local. Tales ataques les costaron la apertura de expedientes disciplinarios internos, e incluso fue cesado el portavoz de la ejecutiva.

Es por ello que, tras conocerse esas reprimendas, numerosos militantes quisieron mostrar ayer su solidaridad con los “represaliados”, anunciándose incluso que algunos están dispuestos a abandonar el partido porque, alegan, “esta situación es insostenible”.

A este respecto, diversos militantes galeguistas están dispuestos a firmar “un documento, manifiesto, carta o lo que sea preciso”, para “autoinculparse” también, es decir, para suscribir las críticas hacia Alfredo Bea “y que así también nos expedienten a nosotros sólo por decir lo que pensamos”.

Es la misma postura que, como se explicó ayer, adoptó el presidente del PG en O Grove, Francisco Pérez García, quien con sus declaraciones dejó bien clara la existencia de dos corrientes claramente enfrentadas en el seno de esta formación, algo que se sabía desde hace ya mucho, incluso desde poco después de que arrancara el presente mandato, pero que algunos se empeñaron en negar hasta que una vez más se vieron superados por la evidencia.

“Nadie puede dudar de la existencia de problemas, y nadie duda tampoco de que el Partido Galeguista atraviesa una profunda crisis que puede dañar irremediablemente nuestra imagen”, insisten en las filas galeguistas algunos de los que, a pesar de Alfredo Bea, siguen siendo sus máximos representantes ideológicos y sociales.

Una vez más salen a relucir las críticas repetidas, las mismas que, lógicamente, no se solucionaron en la reunión de ejecutiva celebrada el martes, ya que sólo se usó aquel encuentro para perseguir a los detractores del concejal. Como en tantas otras ocasiones, se acusa a Alfredo Bea de dar la espalda a los militantes, e incluso se pone en tela de juicio su talante democrático y su capacidad como concejal, un cargo que ocupa, cabe recordar, en representación del PG y cobrando por ello una dedicación exclusiva.

Los problemas arrecian en la Concejalía de Deportes

Alfredo Bea atraviesa momentos ciertamente difíciles, no sólo porque su partido sea un campo de batalla permanente en el que se enfrentan a él no pocos detractores, sino también porque los problemas siguen en aumento en alguna de sus concejalías, ya a nivel municipal. Ocurre, por ejemplo, en Deportes, donde en el Club de Piragüismo Ogrobe denuncian que Bea les impide utilizar las instalaciones municipales, alegando una supuesta “falta de uso” de las mismas. Parece ser que esa notificación le fue comunicada ayer a Filipe Besada, que como presidente del Club Ogrobe asiste con “asombro e indignación” a lo que considera “maniobras de un personaje político totalmente endiosado”. Indica que, después de la polémica creada con el proceso de renovación del registro de entidades deportivas, motivo por el cual el Club Ogrobe llegó incluso a denunciar al alcalde y al secretario municipal, aquel proceso y las correspondientes alegaciones no se resolvieron. “Pero además de no resolverse nuestro recurso ahora Alfredo Bea nos comunica que nos prohibe usar el pabellón náutico, dándonos diez días para que desalojemos esas instalaciones”, denuncia públicamente Filipe Besada.

El enfrentamiento entre Besada y Alfredo Bea viene de lejos. Compitieron por la Federación y militan en dos clubes rivales.