La crisis económica también se deja sentir en las arcas de los ayuntamientos, y el de Cambados aprobó ayer un presupuesto de 9,6 millones de euros para el presente año, más de dos millones de euros menos que en 2008, cuando el presupuesto había sido de 11.895.016 euros. Las cuentas se analizaron en el pleno extraordinario celebrado ayer, y se aprobaron con los votos a favor de los concejales del PP, la abstención del PSOE y los votos en contra del BNG.

Para el gobierno local, se trata de un proyecto de presupuestos “austero, que pretende ajustar los gastos al máximo”, mientras que los partidos de la oposición entienden que las partidas para servicios sociales son muy tacañas y que en realidad el presupuesto está poco pensado y mal planificado.

Argumentos de los partidos

En su argumentación, el Partido Popular sostiene que no se olvidan las inversiones en infraestructuras, ya que está previsto terminar la ludoteca y el parque de la Casa dos Fraga, así como el salón ferial de la fábrica de Peña, que será un museo de la conserva según los planes expuestos en innumerables ocasiones por el alcalde, José Manuel Cores Tourís.

El ayuntamiento también quiere materializar la compra de solares en las parroquias, y en este sentido ya anunció la compra de fincas en Vilariño para hacer un nuevo campo de fiestas y en Castrelo, donde se habilitará un aparcamiento.

El capítulo de inversiones se reduce a 500.000 euros -mientras que el año pasado superaba los tres millones- y los ediles del grupo de gobierno plantean que “aunque pueda parecer escasa la inversión en obras, si a los anteriores capítulos se le añaden las previsibles inversiones del nuevo gobierno de la Xunta podríamos hablar de un presupuesto que superaría los 14 millones de euros”.

Además, el equipo que dirige José Manuel Cores Tourís afirma que “sin necesidad de incrementar los impuestos, seguimos mejorando los servicios y realizando obras de infraestructura. Se incrementaron las partidas para actividades culturales, deportivas y sociales”.

El PSOE, por su parte, se abstuvo, ya que si bien consideran que este presupuesto incurre en numerosas anomalías, cumplen con la decisión de la dirección socialista de no votar en contra de los presupuestos municipales para no obstaculizar la acción de los ayuntamientos en estos momentos de crisis.

En su intervención, el concejal socialista Rafael Blanco hizo hincapié en que el servicio municipal de Intervención pone dos reparos importantes al proyecto de presupuestos que se votó ayer. Así, Blanco indica que la interventora considera que se hacen gastos sin crédito presupuestario y que sería necesario no sólo reducir los gastos corrientes, sino también controlar mejor los que se efectúan. Rafael Blanco se hace también eco de otra sugerencia de Intervención, que consistiría en elaborar un plan de compras. Con esto se conseguiría racionalizar el gasto y negociar mejores precios con los proveedores de materiales y servicios.

Otro de los reproches que plantea el edil socialista es el bajón en inversión real, pues entiende que en la actual situación es necesario realizar un mayor esfuerzo en obras, para que esto tenga una repercusión en el empleo. Blanco se queja también de la fuerte subida experimentada por las partidas de locomoción -que se multiplica por 13 con respecto a 2008, según Blanco- y de protocolo y comidas, mientras que el capítulo de emergencia social se ciñe a 10.000 euros, cinco menos que en 2008.

El portavoz del BNG, Víctor Caamaño, calificó por su parte los presupuestos de ayer como “continuistas, irreales y antisociales”. Caamaño entiende que son unas cuentas sin apenas cambio alguno con respecto a 2008, y que seguirán endeudando al ayuntamiento.

En este sentido, avisa de que se aprueba un reconocimiento extrajudicial de crédito de 400.000 euros -41 facturas pendientes de pagar-, mientras que en en 2008 la deuda reconocida era la mitad.

El portavoz nacionalista alega también que es un presupuesto que no se ajusta a la realidad “por incapacidad de planificación” del equipo de gobierno, y pone como ejemplo que por cuarto año consecutivo aparece una previsión de ingreso de 300.000 euros por ventas de parcelas en el polígono de Sete Pías.

Los nacionalistas recriminan también a Tourís que no haya rebajado determinados gastos, y hacen mucho hincapié en la Festa do Albariño. En este sentido, recuerdan que el déficit de esta fiesta crece más cada año que pasa, y proponen además que se aplique algún criterio razonable para las invitaciones a la comida oficial.

El BNG también opina que que se están manteniendo varios puestos de trabajo innecesarios, y que se podrían ahorrar los 175.000 euros que cobra el ORAL por la recaudación del Padrón si esa función la desempeñasen trabajadores municipales.

Finalmente, critican que se acumulen 2,7 millones de euros en facturas pendientes de pagar, y que la partida para emergencia social se haya reducido en 25.000 euros desde el año 2007.