África, Oceanía y Europa representadas sobre la misma cancha. Sólo faltó América -de entre los continentes con población suficiente- para que el planeta entero estuviese representado ayer en Fexdega. Y todos girando alrededor del astro más importante del día, la pelota de baloncesto.

La Vilagarcía Basket Cup comenzó ayer reuniendo sobre la cancha a las selecciones de Nueva Zelanda, República Checa, Rusia, Angola, Francia, Italia, España y Alemania. El público llenó el estadio montado única y exclusivamente para la ocasión, aunque se espera que las 2.000 caras que ayer se dejaron ver por Fexdega se conviertan en 3.500 según se vaya acercando la gran final y los vistosos concursos de mates y triples.

Entre las caras conocidas, dos viejas glorias. Por un lado estuvo el ya mítico de este torneo Anicet Lavodrama y un cambiado Jean-Jacques Conçeiçao, héroe del “angolazo” hoy reconvertido a vicepresidente de la Federación de Baloncesto de Angola. Conceiçao pasó a la historia por liderar a la selección que derrotó de 20 puntos al combinado español en los Juegos Olímpicos de Barcelona 92.

El transcurrir de los partidos estuvo continuamente amenizado por los juegos preparados para los chavales del mundo del baloncesto arousano, muchos de ellos participantes en el campamento que se organiza para la cantera de forma paralela al torneo internacional.

También se dejó ver sobre la cancha otro que nunca falla, Chicui, la mascota del Unicaja Málaga que divirtió a la afición en los momentos de descanso. También hizo su fugaz aparición la mascota de Zona Aberta, la asociación local de comerciantes, aunque no logró vencer en gracia a la malagueña.

Así las cosas, la Vilagarcía Basket Cup no ha hecho otra cosa que calentar sus motores para esta edición de 2009 que ha centrado las miradas de medio continente europeo, sobre todo porque la Federación Española ha hecho bandera de ella para apostar por el mundial de baloncesto para 2014.

Ésta es también la edición más larga del torneo -que se disputa en 4 en lugar de 3 días- y la primera en la que apuestan por las selecciones en lugar de por los clubes. De momento, parece que no les ha salido nada mal. Y las selecciones han dejado muestra de su competitividad y de que no han venido precisamente de paseo a este apartado rincón del mundo.