Los marineros filipinos del buque chipriota "Doxa" lograron ayer llegar a un acuerdo con la armadora que se ha comprometido a abonar el salario que les corresponde por el servicio prestado en los últimos meses a bordo del mercante. La inspectora de la ITF, Luz Vaz, se acercó ayer hasta Vilagarcía para asesorar a los marineros sobre los derechos que les corresponden y para comprobar que la normativa se estaba aplicando rigurosamente. Vaz indicaba que "la legalidad debe cumplirse en todo caso y ellos deben cobrar el salario que les corresponde, aparte de que la aseguradora les abone los gastos de los enseres personales que han perdido en el siniestro".

Pocos minutos después de la visita de la inspectora de la ITF, un representante de la empresa armadora se reunía ayer por la tarde con los marineros para pagarles en mano la cantidad que les corresponde a cada uno y para saldar parte de la deuda. Otra se ingresará directamente en las cuentas que cada uno de los tripulantes tiene en su país.

Vuelta a casa

Después de más de una semana en la capital arousana, los marineros filipinos vuelven hoy a casa. A las cinco de la mañana dejan Vilagarcía para dirigirse directamente al aeropuerto de Santiago donde cogerán un vuelo a Madrid. De allí irán a Tailandia y luego a Manila, por lo que esperan estar en sus casas mañana.

Los filipinos se mostraban ayer contentos de poder regresar a sus casas y también por haber conseguido que el armador les pagase el salario correspondiente. Muchos de ellos señalaban que una vez en su país volverán a ponerse en contacto con una empresa de embarque para poder volver a trabajar en un buque europeo.

Reparaciones a bordo

Por otra parte, la empresa contratada por la armadora para poner el mercante "a punto" con la finalidad de devolverlo cuanto antes a Grecia trabajaba a destajo con un equipo formado por 12 técnicos. Además, hasta el interior del "Doxa" se desplazó un representante de la consignataria que se mantiene a su vez en contacto directo con Capitanía Marítima desde donde se siguen adoptando las medidas de seguridad para evitar posibles vertidos. La empresa contratada por la armadora espera la llegada de un buque remolcador que llevará al "Doxa" hasta un astillero en el que será reparado, aunque todo condicionado por el embargo ejecutado el sábado por el Juzgado Naval y Militar de Ferrol. Las investigaciones prosiguen y ayer mismo Capitanía Marítima tomaba declaración al capitán, que sigue ingresado.