El pasado día 19 FARO ya advirtió de que las disputas e incumplimientos internos situaban a Pladimega al borde de la desaparición, y se explicaba que los objetivos marcados inicialmente por la central parecían abocados al fracaso. Aquello era una bola de nieve imparable que, como se confirma ahora, lleva a marcar un punto final, o quizás un punto y aparte, en la corta historia de la enésima central de ventas.

Julián García Mouriño, portavoz de Pladimega, era ayer muy claro: "Tuvimos dos errores fundamentales, uno fue reconocer que había más grupos que uno -el fundador y el de Federación Arosa Norte-, porque después nunca funcionó el sistema de compensación -lo cual quiere decir que unos vendían más que otros, y ese no era el acuerdo inicial-, y el segundo fallo fue subir el precio, pues no tendríamos que haberlo tocado hasta tener todo perfectamente amarrado".

Así las cosas, confirmado el fracaso, "lo mejor es que nos demos un plazo de tiempo largo, hasta marzo, para que así se calmen los ánimos en el muelle y el precio siga cayendo, pues así todos nos daremos cuenta de que necesitamos unirnos", añade García.

Está convencido de que a partir de ahora el sector "va a perder muchísimo dinero", pero eso incluso puede ser positivo "porque hay gente que sólo accede a dialogar cuando le tocan el bolsillo... y desgraciadamente lo más recomendable ahora es parar Pladimega".