fátima frieiro  O GROVE

Con la solemnidad a la que nos tiene acostumbrados, el Gran Hotel de A Toxa abría ayer sus puertas para un acto muy especial. Al filo de las once y media de la mañana se daba por inaugurada una jornada dedicada a los que hoy son abuelos de la única península de Arousa. Ellos sacaron su mejor traje del armario para no desentonar con los vestidos, abrigos y joyas de sus señoras. Fue una nueva puesta de largo, pero a los 65.

El teniente de alcalde y edil de Benestar, Carlos Álvarez Besada, cogió el timón de la celebración que giró en torno a la actividad desarrollada por la Asociación de Pensionistas y Jubilados del municipio que preside Manuel Domínguez.

La aplaudida exposición "O Grove, feminino plural" sirvió de telón de fondo para que los participantes recordasen aquellos años en los que eran jóvenes. Sus historias se complementaron con el discurso, firme y claro, de Francisco Meis que realizó un repaso pormenorizado por la historia del islote grovense y su vinculación directa a la vida social y económica del municipio. Las fotografías de la muestra hacían gráficas sus palabras. Años en los que las mujeres trabajaban de cocineras o camareras en el Gran Hotel, mientras que otras escarbaban en la seca en busca del mejor marisco.

Ellos recordando las batallas en altamar o sus años en la emigración.

Misa

Pocos minutos después de la una de la tarde, la emblemática capilla de las conchas se quedó pequeña para la misa solemne cantada por la coral del club de pensionistas. No fue la única agrupación que puso el toque musical a la jornada. También lo hizo el grupo folclórico Paradanta que fue el encargado de amenizar la sesión vermú.

Las palmas y la buena música caldeó tanto la comida, en el salón principal del Gran Hotel, como el fin de fiesta en el que no faltó un gran baile amenizado por el conocido artista Carlos Otero.

El nombrado por todos como "Encontro do Maior" no podía despedirse únicamente con música. Los más veteranos fueron reconocidos, con emotivos galardones, por su trayectoria vital en el seno de la Asociación.

Los mayores no estuvieron solos en la jornada pensada sólo para ellos. Hijos, nietos y demás familiares no dudaron en abonar el precio del menú para sentarse a la mesa con sus "abuelos".

El telón cayó bien entrada la tarde, pese a que muchos se resistían a decir adiós a una de las actividades co-organizadas por el Concello más aplaudidas. Ahora, tendrán que esperar al año próximo para repetir.