Los propietarios del edificio ubicado en la calle Rosalía de Castro que el Concello pretende que sea catalogado como de valor histórico podrán recurrir esta decisión municipal si lo consideran oportuno. Así lo ha referido el edil de Xestión do Territorio, Marcelino Abuín, que señaló que si los dueños optan por este procedimiento el Concello denegará en todo caso su recurso. Lo cierto es que la prohibición de demolición por parte de Ravella de este antiguo edificio, que data de principios del siglo XX, ha levantado las dudas sobre si existen otras edificaciones en esta situación en el resto de la capital arousana.

El edil socialista señala que la de Rosalía de Castro es la única casa que, fuera de catálogo, constituye un valor histórico reconocido por la Comisión Territorial de Patrimonio, perteneciente a la delegación provincial de la Consellería de Cultura.

Así las cosas, Abuín indicó que a día de ayer los propietarios no se habían puesto en contacto con el Concello para informarse sobre el procedimiento que seguirá Ravella a partir de ahora. El concejal socialista indicó que, una vez que se lleve a Pleno la modificación puntual pertinente para incluir el inmueble en el catálogo, será entonces cuando los propietarios puedan presentar alegaciones o incluso ir más allá y llevar el tema a los tribunales.

Posibilidades de obra

Marcelino Abuín aclaró que el hecho de que el edificio esté catalogado como histórico no implicará que sus dueños no puedan realizar ningún tipo de reforma en el mismo. No obstante, para cualquier trabajo de modificación deberán tener un permiso especial de Patrimonio que deberá, en todo caso, regular los criterios exigidos para su nivel de protección.

Desde la Consellería de Cultura aclaraban ayer que los criterios que la Comisión de Patrimonio ha seguido para emitir el informe no han sido los propiamente técnicos del edificio, sino que se ha tenido en cuenta el valor histórico del entorno en el que está ubicado.

En Patrimonio consideran además que la construcción en este entorno de un edificio nuevo afearía totalmente dicha ubicación. De hecho, desde el Concello se confirmó que la pretensión de los propietarios era la de construir un inmueble moderno de unas seis plantas de altura, lo que convenció a la Xunta Local de Goberno a prohibir su demolición.

Ahora, la pretensión del departamento dependiente de la Consellería no es otra que la de hacer un estudio que determine el valor histórico real del edificio. Para ello, y según reseñaron desde la Consellería, será el arquitecto municipal el que deberá acudir al lugar para tasar las instalaciones y realizar un informe detallado que, a posteriori, deberá remitir a la delegación provincial de Patrimonio.