Después de las controversias surgidas alrededor de la descarga de arena de cantera en O Preguntoiro la gran incógnita sobre la calidad del árido y sus posibles repercusiones en la extracción marisquera se saldó ayer. El secretario general del Mar, Juan Carlos Martín Fragueiro, ratificó con rotundidad que el organismo estatal ha realizado un control exhaustivo de la granulometría y que, "en colaboración con la Cofradía", se determinó la idoneidad del árido para esta zona ubicada al lado de la lonja vilaxoanesa.

El responsable estatal se desplazó hasta Vilagarcía junto con la directora de Sostenibilidad de la Costa, Alicia Paz, el subdelegado del Gobierno, Delfín Fernández, y técnicos del Ministerio que justificaron el uso de arena procedente de Marcón por la escasez del árido en el cauce del Miño del que, anualmente, se extraen aproximadamente unos 20.000 metros cúbicos. Los responsables recalcaron que el uso de arena de cantera en Vilaxoán no se debe a "motivos económicos" e incidieron en que, de hecho, el árido más barato es el que procede de "entornos marítimos".

La alcaldesa también quiso aplacar posibles conflictos y ratificó que "nunca se ha engañado a nadie" respecto al origen de la arena e incidió en que "todas las partes implicadas eran conocedoras de lo sucedido, incluida la Cofradía de Pescadores". Así las cosas, los técnicos reseñaron que esta experiencia no se ha aplicado exclusivamente a Vilaxoán, sino también a otros arenales de la ría de Arousa como los de Rianxo o Boiro. La alcaldesa no supo determinar si en las regeneraciones previstas para otras playas de Vilagarcía, como la de Carril o Bamio o incluso A Concha-Compostela, se va a utilizar también arena de cantera. Señaló que serán los técnicos "quienes lo decidan dependiendo de las características específicas de las playas". Ninguno de los presentes supo decir si, a día de hoy, los camiones de la empresa Tragsa ya se desplazan hasta A Guarda en busca del material fluvial, aunque si destacaron que la nueva playa estará lista en dos semanas. La alcaldesa ponía el toque de humor a la polémica con un "vamos a tener que cobrar por su uso". Una anécdota que salda con ironía el conflicto.