A. G. / O Grove

La crisis del cuatripartito de O Grove tiene una solución para el alcalde socialista, José Cacabelos, que pasaría por resolver las diferencias en las reuniones internas que celebran las cuatro formaciones en virtud del pacto de gobierno. Así lo entiende el principal responsable del cuatripartito que ayer apuntaba que tiene muchas cosas que decir a sus socios de gobierno "aínda que llo vou dicir no foro creado para este tipo de situacións, que son as nosas reunións de goberno, é aí onde debemos negociar e aclarar as cousas e non a través dos medios de comunicación".

El regidor socialista no duda en considerar que la escenificación de la crisis que han realizado Esquerda Unida y Bloque Nacionalista Galego "é un espectáculo lamentable que nós non estamos dispostos a seguir, por iso me vou expresar dentro do ámbito no que corresponde" y donde fijan los pactos de gobierno que hace un año arrebataron la alcaldía de O Grove al Partido Popular de Miguel Pérez.

Mala interpretación

Aunque no censura las amenazas de Esquerda Unida de abandonar el cuatripartito, Cacabelos considera que la formación que lidera Xan Lamelas ha "malinterpretado todo o que se abordou e acordou na última reunión de goberno", por lo que está dispuesto a clarificar lo que sea necesario.

Eso sí, "sen espectáculos mediáticos de ningún tipo", argumenta un Cacabelos que espera zanjar cuanto antes la primera crisis de gobierno a la que se enfrenta desde que llegasen a buen puerto las negociaciones para formar gobierno en O Grove. Lo que está claro es que el regidor comienza a estar cansado de la imagen que el cuatripartito está ofreciendo ante la ciudadanía y no está dispuesto a consentirlo durante más tiempo, buscando fórmulas de carácter interno que acaben con la escenificación de la crisis y para que las diferentes formaciones que lo integren cierren filas en torno al pacto de gobierno.

Rectificar o ratificar

El último capítulo de la crisis lo protagonizó Esquerda Unida, cuyo único edil se enteró por la prensa de que había sido relevado de la responsabilidad de gestionar el personal del Concello. En asamblea decidieron exigir al alcalde una ratificación mediante un bando de la Alcaldía, lo que significaría el abandono de Lamelas del cuatripartito y su desplazamiento a la oposición, o una rectificación pública que conllevaría una reunión de las cuatro formaciones políticas para volver a definir el espíritu del pacto de gobierno. En caso de comprobar que el resto de formaciones no tienen intención de apostar por el cuatripartito y cambiar el rumbo de sus políticas, tras la reunión, Esquerda Unida abandonaría el gobierno de forma inmediata con sólo un año de gobierno de bagaje.

Un "pique" entre los dos grupos más izquierdistas

Cuando se gestó el cuatripartito de O Grove, en el municipio comenzaron a cubrirse quinielas sobre el tiempo que se mantendrían unidos y sin romper el pacto de gobierno. Las crisis se auguraban casi a diario pero nunca acababan de concretarse. Por el contrario, el cuatripartito llegó a demostrar una unión sin fisuras en varios conflictos de gran calado, como fue la instalación de la Edar en Laxe de Rons, donde las cuatro formaciones apostaron como una sola por ese proyecto sin que en ningún momento se registrase una voz contraria.

Incluso en temas en los que estaban en desacuerdo, como es el caso del tiro al pichón de O Grove, el cuatripartito encontró la fórmula para seguir adelante con un criterio único y definido.

Sin embargo, esta unión se rompió definitivamente hace unas semanas, cuando se hicieron evidentes los enfrentamientos entre EU y BNG. La crisis estalló públicamente con la decisión de convertir en Galescola la actual Escola Infantil de Rons, saltando Lamelas en defensa de los trabajadores del centro y reclamando que se mantuviesen sus puestos. Estas palabras motivaron que BNG y Esquerda Unida se enzarzasen de tal forma que Lamelas se acabó quedando sin sus responsabilidades en el área de personal.

Para el edil de EU existe un claro culpable de esta situación, y no es otro que su homólogo de Cultura, el nacionalista Antón Mascato. Lamelas llegó a reconocer públicamente que los integrantes de la formación nacionalista "son xente de pouco fiar que incumpren, de forma constante, os acordos".