Manuel Méndez / O GROVE

No hubo sorpresas, y prácticamente tampoco dio tiempo a que el cemento se secara del todo. Tal y como se esperaba, la tapia de bloques de hormigón que el Concello de O Grove levantó el miércoles en un callejón que une dos zonas de "movida" fue derribada en la madrugada de ayer por unos desconocidos. Y no fue necesario esperar mucho, pues el muro cayó apenas una hora después de media noche, confirmándose que este primer intento municipal por poner límites y barreras al botellón ha resultado fallido.

En días previos, después de que FARO informara de la colocación de esa tapia en el callejón que accede a la calle Pintor Ernesto Goday desde la discoteca PK2, varios jóvenes anónimos ya habían advertido de que no aceptarían las medidas restrictivas y disuasorias impulsadas por el concello, y de hecho auguraban que el muro no permanecería en pie demasiado tiempo.

La Policía Local pudo constatar también que tenían fundamento las sospechas que apuntaban a que la noche del sábado y la madrugada del domingo iban a resultar especialmente intensas, confirmando los propios agentes que "la madrugada resultó bastante movida" y que el muro "fue derribado por los jóvenes al filo de la una de la madrugada".

Cuando los policías recibieron el aviso estaban cerca del lugar de los hechos, pero al llegar "ya no había nadie y nos encontramos el muro de bloques tirado", dicen.

No se produjeron "ni detenciones ni identificaciones", pero los agentes investigan lo ocurrido y tratan de dar con los autores de dicha acción.

Aunque no hay pistas, nadie en O Grove parece dudar, ni siquiera los propios policías, de que ese derribo fue realizado por "algunos chicos" descontentos con el cerco que la Concejalía de Seguridad Ciudadana intenta poner a la "movida" nocturna, y especialmente al botellón, para evitar desmanes.

El concejal galeguista Alfredo Bea, también en FARO, había justificado el levantamiento de esa tapia y advirtió de que entre las doce de la noche y las ocho de la mañana del día siguiente -los fines de semana, festivos y vísperas- están terminantemente prohibidas las concentraciones de jóvenes para hacer los botellones.

Incluso anunciaba el edil que había dado órdenes a la Policía Local y pedido el refuerzo de la Guardia Civil para "imponer sanciones y castigar a quienes alteren el orden", en cumplimiento de la ordenanza municipal aprobada hace meses por el concello para limitar los ruidos y las posibles alteraciones del orden público.

Alfredo Bea manifestó, igualmente, que tanto esta prohibición como la construcción de la tapia eran medidas necesarias para "controlar" a los jóvenes y tratar de poner freno a los reiterados destrozos que desde hace un par de años se cometen en la calle Pintor Ernesto Goday, donde, como en varias ocasiones denunciaron los vecinos, "hacen pintadas en las puertas, cristales y fachadas, destrozan mobiliario urbano e incluso orinan en los portales".

El sábado por la tarde también el alcalde, el socialista José Cacabelos Rico, quiso justificar la colocación de la tapia, aunque reconocía que quizás esa misma noche el muro podría ser objeto de algún que otro acto vandálico, y acertó plenamente.

El primer edil lamentó, por "desproporcionados" e "injustos", los ataques vertidos por el PP contra su concejal de Seguridad Ciudadana, y recalcó que "hay que hacer algo para acabar con los daños que se están produciendo los fines de semana".

En este contexto esgrimió el regidor que "realmente no se cierra ningún camino público ni se causa molestia alguna al vecindario, sino todo lo contrario".

Y dado que el PP dijo estar investigando la colocación de la tapia, por considerar "un abuso" el cierre de un camino a manos del concello -en este caso un callejón-, el alcalde replicó que "en ese lugar había antiguamente un portal, que los propietarios retiraron... no es una calle, sino un pequeño tramo que une dos importantes zonas de movida, y hemos pensado que cerrando el paso por ahí y desviando a los chicos por otras calles podrían evitarse los desperfectos".

Se hizo así, añadió, "tras consultar a todos los vecinos residentes en la zona, que se mostraron totalmente de acuerdo con la medida porque lo que quieren es poder dormir tranquilos y que se acaben los daños registrados en la zona". En cualquier caso el propio José Cacabelos Rico incidía el sábado por la tarde en que "la colocación del muro es una medida provisional, y ya veremos qué resultado ofrece".

Denuncias, amenaza de acciones legales contra el concello y quejas en el pleno

En agosto de 2007 -y no era la primera vez que ocurría- residentes en la calle Pintor Ernesto Goday denunciaban en FARO la existencia de farolas y papeleras rotas, pintadas en las paredes y otros daños. Alegaban que por las noches se registraba una gran afluencia de jóvenes a la zona y declaraban: "Hacen botellón, hablan en alto, orinan e incluso vomitan al lado de los coches... lo peor es que la policía no se acerca y desde el concello nos dicen que los agentes tienen mucho trabajo". Mercedes Zarco y otros vecinos del lugar incluso amenazaban con emprender acciones legales contra el concello, "porque su responsabilidad es garantizar la seguridad ciudadana y la convivencia pacífica entre vecinos, algo imposible en estos momentos". Aquella denuncia pública a través de este medio de comunicación estaba acompañada de escritos y quejas verbales planteados ante el gobierno local, que se comprometió a tomar cartas en el asunto y a mejorar la limpieza de la zona, como así se hizo. Sin embargo, el pasado mes de abril se reprodujeron las quejas e incluso llegaron a pleno, a instancias de la edil independiente Ayda Filgueira. Los residentes decían sentirse "los eternos olvidados" y la concejala aludía a farolas y papeleras rotas, además de indicar que "tras el botellón que se celebra cada fin de semana quedan restos de vidrio, basura e incluso se llegaron a ver jeringuillas", por lo que instó al gobierno local a "garantizar la seguridad y tranquilidad de los vecinos del contorno".

La ordenanza municipal

La corporación municipal aprobó en pleno una demandada ordenanza contra la contaminación acústica con el fin de acabar con el ruido procedente de algunos locales nocturnos y el emitido por los vehículos.

Pero también es una normativa para regular la movida, de ahí que en uno de sus artículos se explique claramente que por las noches los mecos no pueden "cantar, usar instrumentos musicales o vociferar" en la calle.

Estos son algunos artículos más destacados de esa ordenanza municipal:

Prohibido usar claxon o bocina, circular en vehículos con escape libre o silenciadores ineficaces y forzar o "violentar" las marchas produciendo ruidos molestos.

Desde las 22 horas hasta las 8 horas del día siguiente está prohibido cantar, gritar, vociferar, realizar reparaciones domésticas o bricolage y usar aparatos domésticos que emitan ruido excesivo. Y debe evitarse el ruido de mascotas.

Los pubs con equipo musical que emita más de 80 decibelios deben tener doble puerta y está prohibido mantenerlas abiertas desde las 22 horas.