La reforma del nudo de Bomberos cumple un año paralizada sin tener aún plan alternativo
Desde noviembre pasado, el Ministerio de Transportes trabaja en elaborar un proyecto modificado para solventar la inestabilidad del terreno, que no se detectó en el inicio de las obras | Tampoco se sabe cuanto se encarecerá

Un cartel anuncia desde hace meses unas obras apenas iniciadas. / Gustavo Santos
Un año paralizada y sin visos a corto plazo de que se vaya a reanudar. Las obras de reforma del nudo de Bomberos, el acceso norte de la AP-9, cumplen ya doce meses sin movimiento alguno desde que en noviembre de 2024 se suspendió por completo la ejecución al «descubrirse» que el subsuelo es muy inestable y no soportaría la cimentación inicialmente prevista. Desde entonces se trabaja en un proyecto modificado del que ayer, oficialmente, seguía sin haber noticias.
Fueron necesarios diez años desde la aprobación del proyecto inicial, en 2015, para comenzar las obras, en julio de 2024, y con un presupuesto que duplicaba el original. Apenas cuatro meses después de aquel inicio, con apenas explanación y movimiento de tierras, se verificó que el terreno registra pequeños hundimientos que obligaron a buscar otro sistema de cimentación. Un año después, aún no ha concluido esa revisión.
Tampoco se sabe cuánto se encarecerá una obra que en su día se adjudicó por unos diez millones de euros, pero se prevé «será elevado». Fuentes oficiales explican que «durante los trabajos previos de sondeos surgieron dudas y se comprobó que era necesario pilotar estructuras de los nuevos accesos a la plataforma de la AP-9 y no solo la duplicación del puente de Domingo Fontán».
Y es que esta remodelación del enlace norte de la AP-9 se ejecuta en unos terrenos de relleno, en los que hace décadas incluso había un vertedero de basuras, y que aún genera «pequeños hundimientos» que es necesario solventar. En esencia, se trata del mismo problema que se produce en el paso elevado sobre la autopista en la calle Domingo Fontán, que reparó el Concello en marzo de 2024 pero que quizás se reproduzca en el futuro.
Según explicaron en su día las fuentes próximas al proyecto, los estudios geotécnicos previos al comienzo de las obras han detectado problemas con el terreno «y se ha decidido reforzar la cimentación de uno de los nuevos ramales de acceso a la AP-9 con un micropilotado» no previsto inicialmente.
Los problemas de falta de estabilidad del suelo en esa zona no son de ahora. Ya se detectaron cuando se ejecutó este tramo de la autopista, abierto en 1992. En julio de aquel año ya hubo que reparar el «escalón» de Domingo Fontán y entonces se atribuyó este problema «a las cesiones del suelo controladas y previstas» ya que se trata de una zona de relleno que en estos treinta años aún no se había asentado por completo. Este problema parece que aún persiste. Los técnicos de Audasa señalaban entonces que el origen «es la falta de una consistencia total en los rellenos efectuados en la zona» , donde hubo un vertedero. Se aludía a «mínimos hundimientos del suelo que se producen periódicamente, movimientos muy ligeros que no suponen ningún peligro para la estructura ni para la circulación», aunque sí resultan muy molestos y obligan a circular muy despacio para evitar daños en los coches.
Las obras comenzaron oficialmente el 29 de julio y suponían entonces una inversión inicial de 9,9 millones, con la idea es que estuvieran ya finalizadas. Ahora no hay presupuesto ni proyecto alternativo ni fecha de reanudación ni, por supuesto, calendario de remate. Es un nuevo retraso en una actuación que ya acumula largas demoras desde sus orígenes. Fue aprobado en 2015 y se adjudicó en mayo de 2023, casi un año antes del inicio de la obra.
Los trabajos consistían inicialmente en la remodelación completa del nudo y conectarlo con el puente das Correntes. Su glorieta y la de Bomberos estarán unidas por un tramo de doble calzada con cuatro carriles gracias a la duplicación del paso elevado actual. Otra de las novedades será la creación de un paseo peatonal entre la calle Domingo Fontán y la Comandancia de la Guardia Civil. Se pasará «a una tipología de enlace tipo diamante con pesas con las dos glorietas existentes, que se modifican para adecuarlas a la nueva configuración», según el Ministerio de Transportes.
Se plantea un tramo de nueva calzada que enlazará la glorieta del puente das Correntes directamente con los ramales que soportan los movimientos Vigo-Pontevedra y Pontevedra-Santiago. «Con ello se consigue evitar dichos tránsitos y descargar tanto la glorieta de bomberos como el tramo de Domingo Fontán, entre ambas glorietas», precisa el ministerio, que añade que «se verá sensiblemente mejorada la capacidad del nudo viario duplicando dicho tramo de la avenida Domingo Fontán».
Para ello se habilitará un nuevo paso sobre la autopista, y además se facilitará el tránsito peatonal entre ambas márgenes. También se elimina la intersección existente en la actualidad a nivel de los ramales del enlace con la carretera PO-531.
El precedente del paseo a Praceres
El otro gran proyecto que el Gobierno central tenía en ejecución en la ciudad, el paseo marítimo desde Mollavao hasta Praceres, atraviesa una incertidumbre aún mayor que la reforma del nudo de Bomberos. El primer tramo, desde la rotonda de Malvar hasta el nudo de Mollavao, entró en servicio en primavera de 2021, pero desde entonces no han paso alguno para su continuidad hasta Praceres.Tres años después de aquella inauguración parcial, Costas del Estado, que ejecutó las obras, dio marcha atrás y descartó continuar el trazado hasta Placeres para no invadir la lámina de agua e instalar pilotes sobre la ría en una zona, además, que registra inundaciones cada vez que llueve con fuerza.
La actuación en este tramo, de algo menos de 800 metros de longitud, consiste en «la ejecución de una pasarela peatonal de 2,5 metros de anchura, que da continuidad a la actualmente existente paralela a la PO-11 en la zona de Placeres. La pasarela sería metálica y se apoya sobre pilotes hincados en el lecho marino».Más tarde, ante la indignación en Pontevedra y Marín, Costas planteó dos posibles alternativas para completar el trazado, una de ellas desplazar la actual autovía unos metros hacia el interior, al tiempo que se eleva sobre su actual cota. De este modo, además de continuar el paseo se evitarían las inundaciones que se producen sobre esta carretera cuando coinciden lluvias intensas y pleamar. La otra alternativa consistiría en apoyar sobre el mar solo una parte del paseo, con el otro extremo anclado a la actual autovía. Sin embargo, no hay avances.
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