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De las flores a la digitalización

Sorprendentemente calmado tras la intensísima actividad del pasado viernes, en el que cientos de pontevedreses acudieron al camposanto, San Amaro lució ayer su mejor cara en el Día de Todos los Santos, una jornada dedicada a la memoria en la que se repitieron las ofrendas de flores, velas, cartas y también frutas. Con ellas, nuevos ritos y también la digitalización para conservar la memoria de los difuntos.

De nuevo las tumbas y panteones del pueblo gitano fueron las más engalanadas. |  Gustavo Santos

De nuevo las tumbas y panteones del pueblo gitano fueron las más engalanadas. | Gustavo Santos

Pontevedra

Tras la lluvia que en la mañana del pasado viernes acompañó las visitas de cientos de pontevedreses, la jornada amaneció ayer cálida y facilitó el acceso de las familias a los cementerios en la que es la jornada de mayor afluencia del año.

Con todo, el principal camposanto de la ciudad, San Amaro, vivió un día relativamente tranquilo, a diferencia del anterior, cuando la afluencia fue tan intensa que la gran mayoría no conseguía encontrar aparcamiento. Es el caso de Jorge Souto, que explica que «traje a mi madre para acabar con la limpieza del nicho pero tuve que estar dando vueltas con el coche porque no encontraba un solo sitio» en el que estacionar.

De nuevo la Policía Local estableció un dispositivo de tráfico para regular el acceso al camposanto, en el que se sucedieron las entradas de flores y las visitas desde las 9 de la mañana. Esta intensa actividad se reflejó especialmente en las floristerías, buena parte de la cuales no aceptaba ayer nuevos pedidos y abrió sus puertas exclusivamente para realizar las entregas de los encargos de la última semana.

Un año más, los crisantemos fueron los adornos más solicitados. Con ellos, las rosas y también arreglos que combinan las flores con frutas. Otras de las ofrendas que se reprodujeron son las velas, libros, cartas y dedicatorias.

A las flores y velas se suman otras  ofrendas, como las frutas. | G.S.

A las flores y velas se suman otras ofrendas, como las frutas. | G.S.

«Vengo todos los años desde que falleció mi marido, hace 12 años», explica Ana Lago, una de las más madrugadoras y que opta por acudir temprano «para no coincidir con tanta gente» en los momentos de mayor afluencia.

De nuevo destacaron por su especial decoración las tumbas y capillas del pueblo gitano. A primera hora, numerosas familias iniciaron las limpiezas y pasaron el día frente a las tumbas de sus allegados, adornados con decenas de centros y ramos, pero también figuras y dedicatorias especiales. «Para nosotros es una fecha muy importante», traslada a FARO uno de los patriarcas, «y queremos estar este día con ellos todo el tiempo que nos sea posible».

Cuarenta mil vecinos de Pontevedra han sido enterrados en San Amaro desde finales del siglo XIX

Tras los trabajos en los que se han invertido 80.000 euros para la restauración del muro desplomado en 2024, mejoras en la iluminación y los trabajos realizados por los operarios para la limpieza de hojas etc, el cementerio lucía ayer su mejor imagen. Por su parte, numerosas familias subieron hasta San Amaro en la última semana para limpiar los nichos y panteones. «Sentimos esa necesidad emocional de visitar las tumbas de nuestros antepasados y dejarlas en estado de limpieza para el invierno», señala el sepulturero, Francisco Abuín, «mientras que nosotros tratamos que el camposanto esté lo mejor posible».

Una familia en el cementerio de San Salvador. |  Gustavo Santos

Una familia en el cementerio de San Salvador. | Gustavo Santos

Desde 2012 este profesional lleva a cabo un exhaustivo trabajo de digitalización de todas las personas enterradas en el que fue el primer camposanto civil de la provincia: un total de 40.000 desde el siglo XIX en el que abrió sus puertas.

En todos los cementerios municipales de Pontevedra (a mayores de San Amaro, Campañó, Bora, Ponte Sampaio y Lourizán) son enterrados anualmente «entre 310 y 320 personas», detalla el sepulturero, con picos en algunos periodos que pueden llegar a los 340.

En el análisis histórico se constata el desplome de la mortalidad infantil a partir de los años 70 del pasado siglo. En ello influyen tanto las mejores condiciones de higiene y de salud (muy especialmente las vacunas) como fenómenos paralelos «como los de los bebés robados, que se camuflaban como fallecidos», explica el sepulturero.

Las incineraciones se han triplicado en el municipio en los últimos 10 años

Éste constata que «también muchas madres morían en el parto», mientras que en los últimos años la mortalidad por esta causa apenas se constata, al igual que la de bebés es residual. «Solo un niño de 6 meses en el último año», precisa el profesional.

Otro efecto que se percibe son los cambios en las costumbres ligadas a la muerte. Si hace unas décadas los enterramientos eran prácticamente en su totalidad en panteones y nichos, en los últimos años se han implantado con fuerza las incineraciones.

«Se han triplicado en los últimos diez años», indica en este punto Abuín, y las cenizas son depositadas en columbarios.

En el extremo contrario, otros vecinos empadronados en Pontevedra (condición para ser enterrado en el cementerio municipal) optan por tumbas en tierra. Es el caso de dos musulmanes o los protestantes alemanes «cuyos ritos religiosos exigen que el cuerpo vaya a tierra. Tienen derecho a ello, si bien la ley obliga a que el cuerpo entre en la caja hasta el cementerio».

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