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El Pontevedra regresa de O Carballiño con un punto (0-0)

Escasas ocasiones de los granates, a los que salvó de nuevo Marqueta al final del partido

Miguel Cuesta, en O Espiñedo

Miguel Cuesta, en O Espiñedo / PCF

N. Davila

Pontevedra

El Pontevedra regresa de O Carballiño con un empate a cero frente al Arenteiro. Suma así su segunda igualada consecutiva, tras la heroica remontada del fin de semana pasado ante el Osasuna B en Pasarón.

Se queda con 12 puntos en la clasificación en nueve partidos, con tres victorias, tres empates y tres derrotas y sigue mostrando problemas en el apartado ofensivo, con dificultades para anotar. Eso sí, este domingo ha logrado dejar la portería a cero, algo que lo lograba desde la victoria 0-1 ante la Ponferradina.

Los granates iniciaban con este derbi gallego su ciclo de tres partidos en siete días, que continuará el miércoles con la primera eliminatoria de Copa del Rey ante la UD Ourense, y concluye el sábado en Pasarón con el Zamora en liga.

Por ello, Rubén Domínguez realizó en O Espiñedo alguna rotación en el once inicial, con jugadores que brillaron en aquella remontada. Comenzó con Marqueta, Miki Bosch, Miguel Cuesta, Garay, Montoro, Vidorreta, Yelko Pino, Luisao, Tiago, Brais Abelenda y Alain Ribeiro.

En el Arenteiro debutaba como titular Julen Jon, hijo del mítico jugador del Athletic Club de Bilbao, Julen Guerrero. O Espiñedo mostraba una nutrida presencia de la marea granate, favorecida por la proximidad de O Carballiño a Pontevedra y el horario del partido, a las 12.00 del mediodía.

La primera parte ha transcurrido sin apenas oportunidades y con los dos porteros prácticamente inéditos. Alguna internada por el carril izquierdo de Cuesta y más movilidad y participación de Luisao y Tiago que por parte de Yelko o Brais, pero sin peligro real.

Y eso que los granates lograron sacudirse la presión inicial del Arenteiro y dominar más el balón. Sin embargo, las opciones que llegaban a Alain Ribeiro no fructificaban.

El primer disparo entre los tres palos no llegó hasta el minuto 32, a cargo de los ourensanos, pero sin complicaciones para Marqueta.

El descanso llegó sin sorpresas, aunque con el Arenteiro cargado de tarjetas, cuatro, frente a la amarilla recibida por el granate Garay al final de la primera parte. Los verdes vieron otras dos en la segunda parte.

El segundo tiempo comenzaba con la intervención del VAR, a petición de Rubén Domínguez, que reclamaba un posible penalti sobre Tiago, pero las imágenes no permiten aclarar la jugada y el árbitro descartaba señalizar la pena máxima. El Pontevedra perdía una de estas reclamaciones.

Entraban Eimil y Joao Resende por Garay y Luisao y poco después llegaba el primer gran susto para los granates, cuando Marqueta tiene que salir de la portería para despejar de cabeza un balón cerca del área y el rechace llegaba a un contrario y su remate acababa en el larguero del Pontevedra, que tuvo fortuna en esta jugada.

Vivía el equipo de Domínguez los momentos de más agobio del partido, con otras ocasiones de los verdes. En medio de ese dominio, en el minuto 73 volvió a intervenir el VAR, esta vez a petición del Arenteiro por un posible agarrón de Montoro a un contrario en el área, pero tampoco se señala penalti. La fortuna vuelve a sonreír a los granates.

Tras el alivio por la decisión, Domínguez realiza dos cambios más. Entran Álex González y Dani Selma por Alain Ribeiro y Tiago. El delantero valenciano protagonizaba en el minuto 85 una de las mejores ocasiones granates al rematar de cabeza que tocaba en el larguero tras la parada del portero del Arenteiro. Pero no llegaban los goles en ninguna de las dos porterías.

En el minuto 86 volvía a ser Marqueta el salvador del Pontevedra con un paradón que desviaba el balón a córner.

Las intervenciones del VAR alargaron la prolongación inicialmente a nueve minutos, pero fue mucho más, un tiempo extra en el que los dos equipos trataron de evitar errores fatales.

Se llegó al cuarto de hora de ampliación del partido por nuevas intervenciones del VAR. Primero al reclamar el Arenteiro una tarjeta roja a Vidorreta, que se quedó al final en amarilla, y después a instancias del Pontevedra por una supuesta mano en el área verde. Tampoco tuvo éxito la petición de penalti.

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