Indignación vecinal por el «martirio» de una obra eléctrica «interminable»
La larga ejecución del soterramiento de una línea de alta tensión por diversas calles genera el malestar de los afectados, con viales cortados durante semanas y sin plazos para su concusión

La carretera de Tomeza suma meses de obras y cierres. / Rafa Vázquez
Hace ya varios meses la empresa UDF Distribución Electricidad iniciaba los trabajos para el soterramiento de una linea de alta tensión entre Mourente y Ponte Sampaio. Se trata de un proyecto que todos admiten como «muy necesario» para garantizar el suministro en casos de temporales o daños en la línea. Sin embargo, nunca se dieron plazos concretos para su ejecución, que afecta a varias calles de la ciudad y su periferia, y se acumulan ya meses y meses de obras sin que nadie aclaré hasta cuándo.

Otra zona afectada por las obras. | Rafa Vázquez
Las obras implican la apertura de grandes zanjas y gavias a lo largo de calles como la avenida de Lugo, Virxinia Pereira, Conde de Bugallal o la carretera de Tomeza y en las zonas por las que ya se excavó, el estado de la calzada no es el mejor, con un hormigonado irregular. Pero el principal problema es que no hay un calendario más o menos definido para su conclusión, con viales cortados durante semanas.

Vallas en Virxinia Pereira. | Rafa Vázquez
Todo ello ha provocado la total indignación de los vecinos afectados, hartos de tener su calle cerrada y, sobre todo, de que las zanjas se cierren y se vuelvan a abrir sin motivo aparente, lo que eterniza la ejecución, hasta el punto de que muchos la lo califican de «martirio».
Son muchos los que han dirigido sus quejas al Concello, titular de las calles urbanas o a la Diputación, encargada de la carretera de Tomeza, pero todos eluden asumir responsabilidades al respecto atribuyendo las obras a una empresa que recibió la autorización de la Consellería de Industria.
La avenida de Lugo es uno de los focos de las quejas ya que en esa zona las obras comenzaron hace meses y aún siguen allí, pero otro de los casos más sangrantes es el de la carretera de Tomeza, sometida a cortes, desvíos y circulación limitada al menos desde el pasado mes de abril, con el agravante de que hay un baile total de calendario y prórrogas en la ejecución entre el nudo de O Marco y la zona de Lusquiños. A lo largo de este tramo, los vecinos soportan una «obra interminable» y que, según sus quejas, incluso ha provocado problemas con el transporte escolar.
Desde esta parroquia ya se han pedido explicaciones a la Diputación, titular de la vía, porque «nunca se recibió explicación alguna del inicio ni de cuanto podrían durar estas obras», puesto que «llevamos ya casi nueve meses de una chapuza de reapertura de zanjas que ya se consideraban rematadas». Además, en los tramos donde se supone que ya esta soterrada la línea, «hay grandes fisuras y desniveles desproporcionados en la calzada que son una tortura para la circulación rodada».
También se quejan de la «confusión continua con las señales de tráfico movibles, en los tramos de obra, que cambian de posición y sentido de orientación cada dos por tres» y «durante estos nueve meses de obras hemos tenido y tenemos cortes continuados en el tráfico rodado», lo que obliga a los vecinos a dar rodeos por las parroquias de Marcón o Salcedo.
En otro punto de queja, los afectados apuntan que «Tráfico nunca supervisó el control de las señales movibles de circulación para vehículos en estas obras porque las manipulan los operarios de obra a su criterio por lo que así es difícil tener una señalización ordenada para vehículos y tránsito rodado en general». Pero uno de los perjuicios más graves de este «caos» está relacionado con el y transporte escolar. Según los vecinos, «en dos ocasiones, el autobús quedó atrapado entre los tramos de obra y con mucha dificultad para maniobrar y cambiar de sentido. En uno de esos días los niños llegaron tarde al colegio. Otro día, por las mismas circunstancias los escolares tuvieron que bajarse del autocar y seguir pie hasta los colegios con el consiguiente peligro que supone».
Lo cierto es que la carretera se ha convertido en una «gincana» de vallas, zanjas y señalas pero «los vecinos nunca tuvimos información alguna por medio de cartelería escrita en los tramos de obras por parte de la empresa constructora ni de la Diputación, creando así muchas molestias, confusiones y pérdidas de tiempo a los conductores al no conocer exactamente por donde circular».
Más de tres kilómetros de cables bajo tierra
Se trata de enterrar una parte de la línea eléctrica entre las subestaciones de Mourente y Ponte Sampaio, un proyecto autorizado en octubre de 2023 por la Xunta. Estaba previsto «desmontar un tramo aéreo de 3.087 metros en doble circuito desde el apoyo 4 hasta el 21, con la retirada de 18 postes y la posterior instalación de 11.170 metros de línea de alta tensión subterránea en doble circuito».Según el proyecto presentado por la compañía, se elimina todo el tendido aéreo desde el poste número cuatro de la red, situado en las cercanías de la sede de Correos en la Avenida de Lugo, hasta el número 21, en Lusquiños en Tomeza.Este proyecto de soterramiento fue objeto de alegaciones en 2023, entre ellas del Concello ya que, según la versión municipal, dejaba fuera cuatro postes desde la salida de la red de la subestación de Mourente, algo que provocó malestar en el vecindario, que incluso recogió firmas al respecto.
Suscríbete para seguir leyendo
- Los bocatas XXL triunfan en Poio
- Diputación y Adif desbloquean la vía verde de Pontevedra a Arcade tras doce años de espera
- Pontevedra 1-1 Mérida: Ahogamiento entre el barro y el punto de penalti
- Más de 730 corredores desafían al mal tiempo en Pontevedra para ayudar a las víctimas de trata
- Los vendedores exigen el regreso al centro para «no morir de hambre»
- «El té es la bebida que da de beber al alma»
- Vivienda en San Roque, Alameda y casco histórico: 2.151 euros el metro cuadrado
- «El pilar maestro del comité de ética es la protección de los derechos del paciente»