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La Denominación de Origen Rías Baixas cierra una campaña histórica con más de 47,5 millones de kilos de uva

Las 161 bodegas participantes recogen más de un 99% de variedades blancas, con la ratiño como protagonista de su primera campaña tras ser recientemente incluida dentro de la D.O.

Vendimia de las Adegas Valmiñor.

Vendimia de las Adegas Valmiñor. / FdV

Mientras el resto de España vive una vendimia reducida por el ataque de la enfermedad vegetal mildiu en muchas regiones vinícolas, la Denominación de Origen Rías Baixas cierra una campaña histórica en 2025 en la que se recogieron un total de 47.512.786 kilos de uva, un 12,74 % más que la anterior. Esta cifra se acerca a la prevista en el Informe de Estimación de la Cosecha 2025, donde se estimaron 50,5 millones de kilos.

Tras un ciclo vitícola idóneo, la vendimia ha sido abundante y ha estado caracterizada por la alta calidad de la uva recogida totalmente a mano por los 4.960 viticultores inscritos y las 161 bodegas participantes. Una cantidad que permitirá obtener casi 33 millones de litros de vino para atender las ventas de los mercados nacional e internacional, e incluso aumentarlas.

El rendimiento medio por hectárea fue de 9.881 kilos, un valor algo superior a la media de los últimos diez años, que fue de 9.072 kilos. Teniendo en cuenta la calidad de la uva recogida y las primeras valoraciones de los enólogos, las expectativas de Rías Baixas para estos vinos son muy prometedoras, tanto en calidad como en cantidad.

Uno de los empleados de las Adegas Valmiñor durante la recolecta.

Uno de los empleados de las Adegas Valmiñor durante la recolecta. / FdV

El inicio de la vendimia en la D.O. Rías Baixas tuvo lugar el pasado 20 de agosto en Salvaterra do Miño, en la subzona de O Condado do Tea, con la uva destinada a la elaboración de los vinos espumosos, y finalizó el 8 de octubre. Por su parte, Agustín Lago, el director técnico, destaca de esta campaña «el buen estado sanitario y de maduración de la uva, así como su gran calidad», mientras que describe la vendimia como «tranquila, salvo algunos trastornos que se vivieron por las lluvias unos pocos días de septiembre».

Además, las condiciones climatológicas favorecieron al éxito de la cosecha, pues el ciclo vegetativo de 2025 tuvo un invierno y una primavera muy cálidos y húmedos, siendo el mes de julio el más cálido desde que existen registros. Esta situación propició una tasa de brotación del 90,1%, algo inferior al año pasado, mientras que el índice de fertilidad fue superior, con 2,3 racimos yema/brotados. Asimismo, las mermas de producción no fueron significativas, siendo el valor medio del 5,5% y repartidas en corrimiento de flor, plagas o enfermedades y por heladas, granizo y viento.

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