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Arte en la piel, una de las tendencias más llamativas en Rizando Rizos

Un momento del 
certamen Rizando Rizos 
que se celebra en 
Pontevedra. |  Gustavo Santos

Un momento del certamen Rizando Rizos que se celebra en Pontevedra. | Gustavo Santos

Pontevedra

La tatuadora Andrea Vázquez, que ya encadena varios años de experiencia con la aguja, estará presente esta tarde en las galerías Oliva dentro del programa Rizando Rizo. Trae ofertas para tatuajes pequeños junto a llamativos descuentos para los que se animen a visitar en el futuro su estudio casero en Vilagarcía.

Entre agujas, tinta y una colección interminable de bocetos y diseños, Andrea Vázquez ha convertido lo que comenzó siendo un hobby adolescente en una forma de vida.

Viguesa de nacimiento y vilagarciana por amor, estuvo ayer tarde en Pontevedra formando parte del programa Rizando Rizos, en las galerías de la Oliva.

Andrea Vázquez haciendo 
un tatuaje a color. |  FdV

Andrea Vázquez haciendo un tatuaje a color. | FdV

A sus 24 años, confiesa que, desde pequeña, «mis clases favoritas eran en las que dibujábamos», a lo que añade que «con 15 años ya diseñaba mis futuros tatuajes».

Sobre sus inicios en el gremio, recuerda cuando hace cuatro años se compró «la mítica máquina de veinte euros de AliExpress», algo que no recomienda a los que estén interesados en empezar.

A domicilio

Tras pasar una temporada en un estudio, donde promediaba unas cinco citas al día, ahora ha acomodado una de sus habitaciones en Vilagarcía para continuar su labor desde casa. «Trabajar aquí es muy diferente, es más tranquilo y sabes que la persona que viene lo quiere hacer contigo», cuenta, aunque también disfruta trabajando en estudios. Lleva en esta situación desde el pasado mes de junio. «Al principio era un poco complicado, porque te tienes que ganar la confianza de la gente, pero ahora estoy cogiendo carrerilla», confiesa sobre su nueva zona de diseño.

A través de su cuenta de Instagram @delaria.tattoo consigue promocionar sus obras publicándolas y convenciendo a nuevos clientes para tatuarse con ella, como la mujer que ayer pidió que le tatuara el nombre de su hija.

Una mujer se tatúa en el
 antebrazo el nombre de
 su hija. | Gustavo Santos

Una mujer se tatúa en el antebrazo el nombre de su hija. | Gustavo Santos

A pesar de ser la más avanzada, no es la única de la familia a la que le gusta este mundillo. Su hermana gemela Rebeca Vázquez se está introduciendo poco a poco en la profesión.

Una hermana gemela

«Siempre le gustó, igual que a mí», declara Andrea Vázquez. Desde hace unos meses le enseña los conceptos principales, aunque la distancia complica el aprendizaje. «Es algo que tienes que hacer de seguido, no vale un día a la semana», garantiza.

Por ello, su hermana ha comenzado a hacer un curso de formación y han acomodado una de sus habitaciones en Vigo a modo de estudio, donde recibirá poco a poco a sus primeros lienzos.

«Mi primer tatuaje fue a mi misma, en el pie, salió muy mal», recuerda Andrea Vázquez. Las primeras en atreverse a ofrecer su piel para que plasmase sus diseños fueron sus amigas, aunque «al principio no se fiaban mucho».

Cuenta que su experiencia más intensa con la aguja fue cuando tatuó a su madre. Detractora de la tinta, pero, como toda progenitora, puso por delante los sueños y la pasión de una de sus hijas.

Pintado sobre las costillas

«Era un tattoo sencillo, una palabra con unas flores, pero estaba supernerviosa», revela, asegurando que «hasta me temblaban las manos cuando yo nunca estoy así de inquieta».

Otras situaciones complicadas que recuerda son «las típicas chicas que vienen a tatuarse en las costillas sin saber lo doloroso que puede ser», explica diciendo que al final «me ponen más nerviosa a mí cuando se ponen a llorar».

En constante formación

A pesar de que ya sabe tatuar utilizando diferentes estilos, afirma que se trata de una profesión en la que «tienes que seguir aprendiendo día tras día», a consecuencia de las tendencias y el boom de las redes sociales.

«Viene un montón de gente a hacerse los típicos tatuajes que están de moda en Pinterest», detalla sobre la tendencia a la línea fina y figuras como soles, lunas, olas y palabras del estilo «resiliencia».

Todavía está conociéndose como tatuadora y quiere aprender mucho más, pero se decanta, por el momento, hacia «el estilo tradicional, el puntillismo de arrastre y la línea fina» como sus técnicas más utilizadas.

Consejos y planes de futuro

Desde su breve, pero intensa experiencia en el mundo de la tinta, recomienda a los que estén interesados en dedicarse a esto «que empiecen cuanto antes», asegurando que ella se arrepiente de haber tardado tanto.

También aconseja «dibujar muchísimo todos los días, es lo más importante» y, sobre todo, evitar esas máquinas baratas económicamente atractivas, pero que lo único que propician es «hacerte ir para atrás».

A medio plazo le gustaría volver a trabajar en un estudio o incluso conseguir montar el suyo junto a su hermana, «sería increíble», exclama.

Como buena amante de su trabajo, cuenta con «unos treinta tatuajes» por todo su cuerpo. «Los primeros eran siempre con significado, pero ahora, si me gusta un diseño, me lo hago», explica sobre su colección de ilustraciones en tinta, todas hechas en estudio.

Promoción

Durante la sesión de 16.30 a 21.00 horas en las galerías Oliva, entregó unos boletos de descuento para que vayan a visitar su estudio casero en Vilagarcía.

Además, presenta un variado cartel de diseños en formato pequeño para tatuar a los asistentes a la jornada de Rizando Rizo a un precio muy asequible.

Los más pequeños también tendrán la oportunidad de decorar su piel con tatuajes temporales sin pasar dolor alguno.

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