Entrevista | Anselmo Villanueva Peón Presidente del COAG de Pontevedra
«La arquitectura del futuro será más amable, más justa y más sostenible»
La delegación de Pontevedra del Colegio Oficial de Arquitectos de Galicia (COAG) celebrará mañana el Día Mundial de la Arquitectura con una visita a A Illa de Arousa para conocer las obras del arquitecto Manuel Gallego Jorreto ubicadas en la localidad. Será una oportunidad para reivindicar, señala Anselmo Villanueva, la arquitectura de calidad que cuida de las personas y el paisaje

Anselmo Villanueva, presidente de la delegación de Pontevedra del Colexio Oficial de Arquitectos de Galicia. / Rafa Vázquez
—¿Qué quiere poner de manifiesto la profesión en el Día Mundial de la Arquitectura?
Este año el lema es «Arquitectura que coida», y se pretende poner en valor la arquitectura que cuida de las personas, de la salud, respetando la diversidad y promoviendo la igualdad y cohesión social.
—No estamos hablando de arquitectura sanitaria
No, por eso también lo celebramos en A Illa de Arousa, y queremos puntualizarlo: la arquitectura que cuida es la que protege el patrimonio, salvaguardando los entornos urbanos, el territorio, el paisaje y también la cultura.
—¿Cuáles son los principales desafíos que afronta la profesión?
Precisamente estos de los que hablamos, pasan por cuidar el patrimonio, salvaguardar ese territorio, ese paisaje que estamos viendo que es tan delicado y frágil. Lo hemos visto con los incendios y en general en momentos que vemos lo importante que es la planificación. Es relevante cuidar y fomentar la cultura para garantizar ese progreso de los pueblos y el bienestar de la población, y también cuidar y preservar la biodiversidad, precisamente por esa crisis climática que está marcando estos fenómenos que estamos viendo, cada vez más habituales e intensos, por ejemplos las dana o los incendios.
—Vemos las dana e incendios, pero da la impresión de que no aprendemos nada: construimos en las zonas de inundación, eucaliptizamos… ¿Tienen también los profesionales esa impresión?
Sí y no, por eso queremos aprovechar este Día Mundial precisamente para reivindicar la labor de los arquitectos y la necesidad de la planificación, tanto de los edificios en los que vivimos como del territorio en el que habitamos. Es fundamental poner en valor a los que saben de planeamiento, que son los arquitectos, y se comience a actuar de una manera sensata. Es más, voy a decir algo que puede parecer disruptivo: son momentos de oportunidad, vista desde un prisma positivo. Tras un incendio o una dana tenemos que aprender de lo que sucedió para no volver a caer en los mismos errores.
—Cumple 6 años al frente de la delegación del COAG ¿qué balance hace de este periodo?
Ha habido grandes cambios normativos, un trabajo muy intenso que se lleva a haciendo por parte de la administración pero también de colaboración del colegio, y también de colaboración con los concellos y muchos concursos que se consiguieron sacar adelante. Sobre todo, con lo que me voy a ir (porque estoy agotando el segundo cargo) es con el trabajo hecho para los compañeros, estar constantemente velando por ellos para mejorar la profesión, y por la ciudadanía.
Tras un incendio o una dana tenemos que aprender de lo que sucedió para no caer en los mismos errores
—Han sido también momentos de profundos cambios tecnológicos… ¿La IA aumenta la eficiencia y también cuestiona el papel creador de los arquitectos?
A priori puede parecer eso, y sin ser ningún experto -pero sí que me interesa y vengo de estar en contacto con grandes creadores de IA- para mi la IA es también una oportunidad. El papel creativo del arquitecto no se va a poner en juicio en ningún momento, todo lo contrario, y lo que tenemos que verla es como una herramienta más, que se si se utiliza bien va a poner en valor el trabajo del arquitecto, y si no se usa bien será un desastre. Lo que vamos a conseguir, posiblemente, es minimizar tiempos, ser competitivos en este mundo en el que falta mano de obra, y ahí sí que será de ayuda para optimizar tiempo y recursos. La IA no va a venir a suplir, sino a ayudar, bien entendida servirá para eso.
—Hemos pasado de la crisis de la construcción a la falta de viviendas…
Es un problema que tenemos ahí, también acuciado por una falta muy grande de mano de obra. La vivienda y, sobre todo, el parque de vivienda pública es necesario, pero hay una grave crisis poblacional, en donde no hay nuevas generaciones, la pirámide se está invirtiendo y no se está renovando en los grandes trabajos y oficios que hay en la construcción. Esto nos va a acarrear posiblemente dificultades para poder tener vivienda y trabajadores que puedan construirla.
Lo que va a suceder, sobre todo en este mundo al que vamos, en el que estamos viendo cada vez más crisis climáticas, es que se va a poner en valor el conocimiento, el talento y el trabajo de los arquitectos
—También están la inflación y la competencia ¿lastran la capacidad del arquitecto para proyectar obras de calidad?
Entiendo que no, la competencia es necesaria y sana, será buena para hacer obras de calidad. Lo que va a suceder, sobre todo en este mundo al que vamos, en el que estamos viendo cada vez más crisis climáticas, es que se va a poner en valor el conocimiento, el talento y el trabajo de los arquitectos. Éstos, sobre todo en España, no tienen esa presencia tan mediática como puede ser por ejemplo en Portugal. En España nadie sabe cuáles son los primeros espadas de la arquitectura y en el país vecino todo el mundo conoce a Souto de Moura o a Álvaro Siza. Es más, hay monedas acuñadas con ellos y en España no hay ni una con un arquitecto vivo, es significativo.
—¿Cómo será la arquitectura del futuro?
¡Quien sabe! Pero lo que seguro podemos anticipar es que la arquitectura del futuro mirará mucho al pasado. Y con esto no digo que va a mirar al pasado en formas, en un recuerdo visual del pasado, pero sí en que se va a aprender mucho del pasado. La arquitectura del futuro será más amable, más justa y más sostenible, y con ello me refiero a que mirará a los aspectos más reseñables del pasado, no a los aspectos visuales o formales. Si se parecerá en los materiales y en su calidad, materiales que se pusieron a prueba durante el siglo XX, que fue casi un laboratorio. Veremos más materiales sostenibles, como la cal o la madera, con esa gran apuesta que se está haciendo sobre todo en Galicia, un país con tanta riqueza maderera. También más granito y utilización racional de los materiales en los que hay una gran transformación, como el acero, vidrio o el aluminio, habrá una racionalización de ellos porque demandan mucha energía para producirse. Formalmente sí se va a parecer a los dibujos de arquitectura futurista pero tendrá mucho de la arquitectura antigua.
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