Correos decide que sus repartidores rurales también vendan seguros
Comisiones Obreras critica la medida ya que «no está dentro de las funciones de servicio postal» y denuncia una privatización encubierta y la presión ejercida sobre los empleados

Fachada de una oficina de Correos / EP
Recientemente, la dirección de Correos les encargó a sus trabajadores, concretamente a los carteros rurales, que vendan seguros de la compañía Axa, relegando así a un segundo plano las funciones de servicio postal, que incluyen el reparto de la correspondencia ordinaria, las notificaciones de administraciones o la paquetería.
De esta forma, dicen, los trabajadores actúan de intermediarios entre los potenciales clientes, captando sus datos, para que posteriormente un comercial realice una llamada telefónica y se lleve a cabo la venta, una decisión que la Sección Sindical de Comisiones Obreras (CCOO) de Correos califica como «un despropósito», argumentando que esta tarea no forma parte de las labores de un cartero.
«Que se les pida que hagan esa labor comercial para la que no están ni siquiera formados y que dejen de lado el servicio de correos es sangrante», expresa Noelia Iglesias, delegada de CC OO-Correos, pues según comenta, a los trabajadores simplemente se les ha dado un curso «cortito del todo» a través de la PDA o pequeña pantalla que usan en el reparto «para justificar» una formación irreal. «Es tiempo que utilizan en una labor que no les corresponde y que dejan de dedicar a ese reparto de correspondencia, de paquetería o de notificaciones», añade.
Además, desde CC OO critican la presión a la que están siendo sometidos los empleados con esta decisión, a quienes se les comenta que de estas ventas depende la viabilidad de la empresa, y en consecuencia, sus puestos de trabajo, sin otorgar mucha opción a réplica alguna.
«No puede recaer en los trabajadores el peso de la mala gestión que ha habido hasta el momento y que sigue habiendo ahora mismo en la empresa, ya que no tienen la culpa de ello. Al final, siempre paga el que está abajo del todo», declara Iglesias.
Sin embargo, esta decisión no llega a ser del todo una novedad dentro de la empresa, pues «en las oficinas ya llevan una temporada ejerciendo esa labor, pero ahora pretenden llevar esa medida un paso más allá y que el cartero rural haga también esa tarea».
Todo esto se produce, afirman, en un ambiente enrarecido dentro de la empresa, en el que la falta de personal conlleva que los empleados contratados realicen más labor de la que les tendría que corresponder. Por ejemplo, «si un cartero rural tiene que recorrer un barrio, debido a las bajas en muchas ocasiones llega a trabajar en dos o tres barrios, haciendo muchos más kilómetros» e incrementando significativamente su trabajo diario. «Ya con el propio trabajo tenemos bastante como para tener que dedicarnos a vender seguros cuando no forma parte de nuestras labores», indica la delegada.
Por otro lado, Comisiones Obreras denuncia una privatización encubierta mediante esta medida, señalando que desde Correos «están intentando abrir líneas de negocio a marchas forzadísimas y a base de presionar al trabajador». De esta manera, se prioriza la actividad comercial sobre la función de servicio público que le caracteriza.
En definitiva, CCOO-Correos, en representación de los trabajadores de la empresa, solicita el cese inmediato de «la petición de que los trabajadores se hagan cargo de esa nueva línea de negocio que pretenden abrir y que dejen de presionarles con el riesgo de perder los puestos de trabajo». Además, incide en el refuerzo de las plantillas para la mejora de las condiciones laborales, «garantizando un reparto eficiente» y sin poner en peligro la calidad del servicio postal universal.
La cobertura de las plazas, «la pelea diaria con la empresa»
«La situación actual es bastante delicada porque estamos viviendo una época de restricción en cuanto a contratación», indica Noelia Iglesias, de CC OO, criticando que cuando un trabajador está de baja, vacaciones o se jubila, su trabajo se asume entre el resto de empleados, lo que en ocasiones lleva a duplicar e, incluso triplicar, el volumen de la tarea. Por ello, se solicita la cobertura de las plazas vacantes, ya que «no se cubren o se cubren lo mínimo de lo mínimo». «Es la pelea diaria que tenemos con la empresa, ya que ha entrado en una política restrictiva y contrata gente ‘a cuentagotas’, cuando hay una gran carga de trabajo acumulada», apunta Noelia Iglesias.
Suscríbete para seguir leyendo
- Identificado por tirar a la calle una cama, 53 cajas de bebidas, 16 colchones y diez sillas en Sanxenxo
- La pleamar corta un tramo de la autovía de Marín e inunda el muelle de Pontevedra
- El fallecido en aguas de Loira es un vecino de Moledo de 68 años al que su familia echó en falta
- Huelga hoy en el sector de la construcción
- La Navidad, cada vez más adelantada
- Nueva fuga con conducción temeraria en Poio
- La pleamar invade la PO-11 y «atasca» todavía más la continuidad de su paseo
- Se investiga al dueño de un establecimiento de Caldas por venta de drogas