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Daisy Alcalde, presidenta de Apaioga: «En redes sociales es más difícil echar por tierra una mentira que decir una verdad»

«Entre los mensajes que más se escuchan está la negación de la violencia de género o su utilización para difundir discursos racistas o xenófobos», asegura la agente de igualdad

Daisy Alcalde, durante su intervención en la jornada de "A profesfera".

Daisy Alcalde, durante su intervención en la jornada de "A profesfera". / RAFA VAZQUEZ

Pontevedra

El IES Valle Inclán acogió una jornada de formación dirigida al profesorado de la ciudad organizada por el Consello Municipal da Muller Nova, nacido por iniciativa de la Concellería de Igualdade de Pontevedra. «A profesfera» puso el foco, entre otras cuestiones, en los peligros de las redes sociales como propagadoras de bulos. Daisy Alcalde, agente de igualdad y presidenta de Apaioga, profundizó en este problema.

La mayoría del público asistente en la jornada en el IES Valle Inclán eran mujeres. ¿Sigue siendo la lucha por la igualdad una cuestión en la que solo ellas se implican?

La igualdad es una cuestión que depende de todas las personas y entre ellas está el profesorado. En este sentido, es cierto que la educación es una profesión muy feminizada. De hecho, una de las ponencias de la jornada era sobre cómo trabajar la masculinidad en la gente joven. Pero es cierto que, mayoritariamente, le sigue interesando a las mujeres el tema de la igualdad.

Su ponencia se centró en las redes sociales, un tema ampliamente debatido, pero desde el punto de vista de la igualdad. ¿Cuáles son sus riesgos?

Las redes sociales se han convertido en una herramienta a través de la cual siguen llegando discursos machistas. Hicimos un análisis de lo que se consume a través de las redes y de cómo afecta su uso a la infancia y la adolescencia. Eso de que el machismo ni se crea ni se destruye solo se transforma lo vemos en que utiliza diferentes canales para seguir llegando a los jóvenes. También analizamos la falta de atención y de comprensión, que en parte viene derivada del consumo de pantallas, lo que lleva a que triunfen discursos que son más sencillos de entender que los que tienen más complejidad, como puede ser comprender una situación de machismo o de desigualdad social.

¿Quién está detrás de estos discursos? ¿Ciudadanos particulares, partidos políticos... o un entramado más complejo?

Es un entramado complejo, pero siempre hubo una parte de la sociedad que tenía este tipo de pensamientos, solo que ahora están legitimados por partidos políticos que están en las instituciones y en el Parlamento, donde abiertamente dicen estos discursos, y la gente siente esa legitimidad para continuar con esas opiniones. Las redes sociales son espacios muy positivos en muchos aspectos, porque podemos acercar mensajes, pero no siempre hay contraste de información, por lo que a veces es más difícil echar por tierra una mentira que decir una verdad.

¿Cuánto más jóvenes más permeables a esas mentiras?

Cuanto menos capacidad crítica tienen más fácil es introducir este tipo de discursos, que cada vez van más enfocados a la gente más joven. Los peligros de las redes debemos gestionarlos las personas adultas, por la responsabilidad que tenemos.

"Siempre hubo una parte de la sociedad que tenía este tipo de pensamientos, solo que ahora están legitimados por partidos políticos que están en las instituciones"

¿Lo hacen las familias?

Aunque estas charlas van enfocadas a profesorado, la parte de las familias es fundamental. Nosotros podemos aportar herramientas, pero la familia es la primera marca de una niña o un niño para saber qué está consumiendo. Lo que no sabemos es cómo todo esto va a repercutir en los jóvenes. De hecho, sobre esta última generación, que nació con el móvil en la mano, aún no podemos ver las consecuencias, pese a que ya hay estudios que hablan de la afectación al desarrollo cognitivo. Aún tienen que pasar años para verse los daños reales de esta nueva forma de socializar y de existir en el mundo. Esa falta de información también nos lleva a no tener ese control.

¿Y el profesorado? ¿Qué puede hacer?

Todo se basa en una comunicación fluida en la que no haya tabús, para poder hablar libremente de todo. La neutralidad es un mito y en situaciones de injusticia si eres neutral estás yendo de parte del opresor. Nuestra función como docentes también es enseñar ese espíritu crítico y defender lo que defienden todas las leyes: la igualdad y el respeto.

La gente joven no accede a los medios de comunicación tradicionales, ¿qué riesgos tiene esto?

Para ellos los medios de comunicación tal como los conocemos hasta ahora no son una fuente de información, que sí obtienen en las redes sociales, en donde cualquiera puede expandir su ideología. Por eso necesitamos que tengan ese pensamiento crítico para ser capaces de buscar datos y saber si son reales, así como las fuentes de las que beben. Para ello pueden incluso utilizar esas nuevas tecnologías que tanto usan.

¿Cuáles son esos mensajes qué más llegan a los jóvenes?

Los que más se repiten no dejan de ser los que llevamos años escuchando: negación de la violencia de género o su utilización para difundir discursos racistas, xenófobos o culpabilizando a otros colectivos. También utilizan el colectivo LGTB para ese odio.

Siempre habrá jóvenes que estén más informados, ¿les hacen el vacío?

Estamos en una sociedad bastante polarizada y falla que no hay debate. Cada persona da su discurso, pero no escucha a la otra parte. Hay posicionamientos como en un equipo de fútbol, no un pensamiento crítico ni reflexión.

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