Cien años de vida, mil historias de medicina
El doctor Alejandro Nicolás Crespo, un cirujano de referencia, cumple este domingo un siglo de vida | Desarrolló gran parte de su carrera profesional en el Hospital Montecelo

El doctor Crespo en su terraza, en Poio. / Gustavo Santos
Alejandro Nicolás Crespo Vilariño, más conocido como doctor Crespo o «Crespiño» es un médico conocido especialmente por su labor como cirujano en el Hospital Montecelo de Pontevedra, donde desarrolló la mayor parte de su trayectoria profesional.
Tras una vida dedicada a la medicina, Crespo cumple este domingo 12 de octubre cien años y se encuentra en un estado de salud bastante envidiable para estar a punto de celebrar el siglo de vida. «Me encuentro bien, pero tengo algunos dolores de espalda», confiesa Crespo.
No obstante, pese a ser los hospitales su segunda casa debido a su profesión, actualmente apenas acude al médico, lo que refleja las buenas condiciones en las que se encuentra el cirujano. «Creo que el médico de cabecera no le conoce», expresa su hija Pilar Crespo, la sexta de sus siete hijos.
Los orígenes de este doctor, el primero de su familia en dedicarse a la medicina, se remontan a Anzo, una parroquia de Lalín. Allí se inicia en el mundo laboral para ayudar a su madre y a sus ocho hermanos mayores tras el fallecimiento de su padre cuando él aún tenía nueve años.

El cirujano Alejandro Nicolás Crespo con su libro biográfico "Cosecha de una vida". / Gustavo Santos
Casi una década más tarde, a los 20 años, se sube al ‘Juan Sebastián de Elcano’, el buque escuela de la Armada Española, para poner rumbo a Ceuta, donde realiza el servicio militar, además de en Larache. «Estuve tres años de mili y después aún quedé un año allí para hacer el bachiller», indica el cirujano.
A su regreso a Galicia, estudia medicina en Santiago, donde posteriormente trabaja como médico de guardia en el Hospital Xeral «en los servicios de cirugía, que incluían traumatología, urología y neurología». Sin embargo, también se formó en distintas áreas, ya que en aquella época «los médicos eran muy generalistas». Es allí donde conoce a la paciente Carmen Suárez, su esposa desde 1963. «Fui más veces de las que tenía que ir al hospital», declara Carmen. En cambio, Crespo mantiene su postura señalando que «los puntos había que quitarlos poco a poco».
Pese a que su objetivo principal era abrir una clínica en Lalín, le surgió la oportunidad de aceptar una plaza como médico en Taza y no la dejó pasar, regresando así a Marruecos por dos años, ya que después se trasladó a Argelia para seguir desempeñando su labor como cirujano durante seis años. De hecho, allí nacieron tres de sus hijos. Según comenta el doctor, además de trabajar en su horario correspondiente, también pasaba consulta en su casa, debido a la cantidad de gente que quería ponerse en sus manos.
En 1972 vuelven a España con motivo del embarazo de su quinta hija y continúa trabajando como médico en hospitales como el Arquitecto Marcide, en Ferrol, pero tras la apertura del Hospital Montecelo, la familia se establece definitivamente en Pontevedra, donde el doctor destaca en el ámbito de la cirugía general y digestiva.
«Mi padre se jubiló con 70 años y hasta el último día hizo una guardia», comenta su hija Pilar.
Además, hasta los 98 años tuvo vigente el carnet de conducir.
«Trabajar, estar activo y no atrofiarse», la clave de la longevidad
Además de la cirugía, una de las mayores aficiones de Crespo es la carpintería. «Todos los días baja por la tarde al garaje», comenta su hija Pilar, donde realiza sillas, bancos y otros muebles. De hecho, actualmente, el médico indica que está intentando recuperar «algún mueble de la polilla». «Yo me aburro sentado», confiesa el cirujano.
Por ello, Crespo apunta que «hay que trabajar, estar activo, y no atrofiarse», lo que considera la clave de la longevidad.
Otra de sus pasiones es la vendimia, pues a sus casi 100 años de vida, el veterano sigue yendo a trabajar a una viña de una propiedad familiar en Boborás, en Ourense, a donde acude todas las semanas rigurosamente con sus hijos. «Este martes llegó a la una de la mañana porque estuvo haciendo aguardiente», declara su hija Pilar, quien realizó, junto con su ahijado, un nieto de Crespo, un libro biográfico sobre la vida de su padre denominado «Cosecha de una vida», haciendo alusión a la vendimia. Esta biografía contiene varias anécdotas y curiosidades de la vida del doctor. «Ahora la estamos reeditando», señala Pilar Crespo.
Sin embargo, no es lo único que se está modernizando, ya que su nieto está intentando poner a punto su mítico coche, un antiguo Volkswagen.
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