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Vecinos de luto en el tanatorio por una variante de Caldas que «mata el rural»

A pesar de las promesas del Ministerio de Transportes de revisar el trazado inicial, los afectados no se fían y mantienen sus protestas

Los vecinos, ante el tanatorio de Caldas.

Los vecinos, ante el tanatorio de Caldas. / Iñaki Abella

N. D.

Caldas

Ni la ampliación de un mes para presentar alegaciones, ni las promesas del Ministerio de Transportes de una posible revisión del trazado. Las plataformas de afectados por el proyecto de la variante oeste de Caldas, que agrupa a vecinos de Arcos, Bemil, Godos, Saiar y Santa María, así como de otros municipios como Portas, no se fían y mantienen sus protestas para frenar un trazado de alta capacidad que «mata las aldeas». Con ese negro panorama por delante, ayer escenificaron su rechazo con una concentración ante el tanatorio de Caldas y vestidos de luto.

Ataúdes que representan a las parroquias afectadas. |  I. Abella

Ataúdes que representan a las parroquias afectadas. | I. Abella

Con cinco ataúdes en una de las salas velatorias, que representaban a cada una de las parroquias y de riguroso negro, los vecinos escenificaron un «funeral» por el rural, «amenazado de muerte» por la variante. Grabaron un vídeo para divulgarlo en las redes sociales.

La movilización de ayer se une a la instalación de pancartas y cruces a lo largo de la N-640, reuniones con la Delegación del Gobierno y la presentación de miles de alegaciones, además de exponer su problema en redes. En todos los casos ponen sobre la mesa el «impacto social» del proyecto expuesto al público que provocaría, según sus quejas, el derribo de numerosas viviendas y el cierre de diversos negocios, y otras afectadas por una carretera de alta capacidad y elevada en algunos tramos.

Los vecinos aceptan una carretera que retire el tráfico pesado del centro de Caldas, pero defienden la opción de construir una vía blanda, con aceras y accesos, que una la N-550 y la N-640 y con trazado consensuado. Proponen que no se construya el acceso al puerto de Vilagarcía dentro de este proyecto, «ya que los perjuicios y daños para las parroquias y sus habitantes serían mucho mayores que los supuestos beneficios, debido a que el ahorro en tiempo que supondría la nueva construcción sería de menos de un minuto». Además reclaman que se liberalice el tramo de la AP-9 entre Saiar y Carracedo, en ambos sentidos, puesto que ayudaría a reducir el tráfico en el núcleo urbano. Todos los grupos municipales de Caldas están de acuerdo con ese «vial blando».

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