Uno de los detenidos por la pelea de Barcelos sufre quemaduras al intentar incendiar su celda en A Lama

Uno de los tres detenidos por la pelea de Barcelos del pasado 3 de junio que se encuentran internos en el centro penitenciario de A Lama resultó herido con quemaduras leves tras intentar quemar su celda hace unos días.

El hombre comenzó prendiendo fuego a las sábanas y al colchón, lo que provocó una intensa humareda en la celda y puso en peligro tanto su vida como la del resto de internos de los habitáculos cercanos en la galería.

Como consecuencia de sus propios actos, el joven sufrió quemaduras parciales en pantorrillas y muslos.

La rápida intervención de los trabajadores de la prisión impidió que hubiese daños mayores y que el incidente fuese a más.

Hay que recordar que todavía está pendiente de ingreso en A Lama el principal cabecilla de la reyerta, que fue interceptado el 14 de junio en Lleida viajando en un BlaBlaCar cuando se disponía a pasar la frontera a Francia. Por el momento está en prisión en Cataluña, pero al llevar el caso un juzgado de Pontevedra es de prever su traslado.

Quejas por las agresiones

Desde el sindicato mayoritario de la prisión, ACAIP-UGT, se denunció que continúan los incidentes en el centro de A Lama. Informaron de que el día 28 de mayo un funcionario sufrió un intento de homicidio por parte de un interno, y en la noche del pasado día 28 de junio fue el imputado por los hechos sucedidos recientemente en la Praza de Barcelos el que incendió su celda.

Apenas unos días después, como ya se publicó en su día, en el servicio del día 1 de julio, otro interno destinado en un departamento de régimen cerrado con antecedentes de patologías psiquiátricas y varios partes disciplinarios por agresiones a funcionarios, se acercó por la espalda a un educador mientras este realizaba funciones tratamentales en este módulo y sin mediar palabra le propinó un puñetazo en el pómulo, causándole un traumatismo en la zona y una lesión cervical.

Una vez trasladado al departamento de aislamiento y una vez que mostraba una aparente tranquilidad, mientras se procedía a su registro según las normas reglamentarias penitenciarias, lanzó otro puñetazo a la cara de uno de los funcionarios que realizaba dichas funciones reglamentarias.

Desde ACAIP-UGT insisten en que es necesaria una correcta atención médica a este tipo de reclusos. «La falta de médicos y psiquiatras incide en una atención sanitaria deficitaria que puede llegar a provocar en este tipo de internos alteraciones del orden que mermen la seguridad en el centro. El incremento de internos e internas con patologías psíquicas (se estima que alrededor de un 40% de la población reclusa tiene algún tipo de patología mental) y la escasez de centros penitenciarios psiquiátricos que alberguen los casos más graves ,ocasiona que un porcentaje importante de este tipo de internos estén ubicados en centros de cumplimiento ordinario, aumentando el peligro para el conjunto de trabajadores y población reclusa», informa el sindicato.

Asimismo, recuerdan la necesidad «del reconocimiento a nuestro colectivo de la condición de agente de autoridad que sirva para ponderar correctamente las penas por agresiones a los servidores públicos penitenciarios, reforzando así debidamente la función de prevención especial y general que deben de tener las mismas», concluyen.