Quien canta, paz y libertad reclama

Trescientos voluntarios de distintas localidades gallegas, muchos de ellos integrantes de coros, participaron ayer en la performance Libertas-Da condição de pessoa livre, del artista luso Vasco Araújo. Vestidos de blanco, el símbolo de la paz, marcharon por Pontevedra cantando el coro de los esclavos de la ópera Nabucco, en una reivindicación de la libertad y la concordia.

Los participantes en la performance, a su llegada a la calle Sierra.

Los participantes en la performance, a su llegada a la calle Sierra. / Gustavo Santos

Pontevedra

Libres para movernos, para decidir donde vivir y trabajar; libres para elegir con quién convivimos o qué estudiamos; libres para expresar, para reunirnos, para asociarnos o compartir; libres para retirarnos, para resistir o rendirnos, para interrogarnos. La libertad, un derecho humano fundamental que garantiza nuestra autonomía y dignidad, fue ayer la gran protagonista de la performance Libertas-Da condição de pessoa livre, que se desarrolló en distintos puntos de la ciudad.

Coristas en el centro histórico.

Coristas en el centro histórico. / Gustavo Santos

Trescientas personas de distintas localidades gallegas, muchas de ellas integrantes de coros, protagonizaron esa acción del artista lisboeta Vasco Araújo con la que arrancó el programa Artes Vivas de la Bienal Internacional de Arte de Pontevedra. En este ciclo comisariado por Iñaki Martínez Antelo la acción, la presencia y la relación con el entorno se sitúan en el mismo centro de la experiencia artística.

Aplausos a los artistas.

Aplausos a los artistas. / Gustavo Santos

Vestidos de blanco, un símbolo de la paz, los artistas salieron del Pazo da Cultura, una de las sedes de la Bienal, para llevar su marcha-protesta por el puente de Santiago, donde se exhibe la obra de Diana Larrea «Maneras de habitar un puente», una instalación de casetas para pájaros bajo la plataforma.

El artista Vasco Araújo encabezó la acción artística.

El artista Vasco Araújo encabezó la acción artística. / Gustavo Santos

Siguieron por el centro histórico hasta A Ferrería, en una acción que se prolongó durante unos 40 minutos. Los artistas interpretaron durante su comitiva el coro de los esclavos de la ópera Nabucco de Verdi, el famoso «Va, pensiero».

Los artistas interpretaron durante su comitiva el coro de los esclavos de la ópera Nabucco de Verdi, el famoso «Va, pensiero»

Tras una convocatoria abierta, todos los interesados pudieron sumarse el pasado jueves al ensayo para poner voz a esta obra musical que, como recuerda la organización de la Bienal, «sigue siendo uno de los himnos contra la opresión, desde que Lombardía (la provincia italiana del Imperio Austrohúngaro) aspiraba a la libertad en el año 1842».

En la acción participaron artistas voluntarios de todas las edades.

En la acción participaron artistas voluntarios de todas las edades. / Gustavo Santos

«Cuando se liberaron», señala el artista Vasco Araújo, «los italianos lo cantaban por las calles» como símbolo de victoria y liberación, y hasta llegaron a proponer que se convirtiese en el himno de Italia.

Con la performance del lisboeta Vasco Araújo arrancó el programa Artes Vivas de la Bienal

Esa idea de un himno que libera y de que «quien canta sus males espanta» está en la base de la performance, en la que personas de distintas edades y profesiones se reunieron para unir su voz por la libertad. No todos los participantes tienen conocimientos musicales, aunque se sumaron alumnos y profesores de conservatorios e integrantes de grupos, ya que no se buscaba eficacia en términos musicales sino que artistas espontáneos se sintiesen seguros con el cántico.

«La libertad no es solo política o social, sino también mental», refiere Vasco Araújo, que con esta performarce también interprela sobre qué es ahora nuestra libertad, planteando que quizás ninguno de nosotros es verdaderamente libre.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents