Una tradición viva

Lejos de decaer, la demanda de las hierbas de San Xoán se acrecienta

Carmen Arribas vende las hierbas de San Xoán que recolecta en su finca de Lourido desde hace más de 40 años.

Carmen Arribas vende las hierbas de San Xoán que recolecta en su finca de Lourido desde hace más de 40 años. / S. R.

Pontevedra

Desde hace más de 40 años Carmen Arribas acude cada 23 de junio a las inmediaciones del Mercado a vender las hierbas de San Xoán. «Vengo desde que tengo memoria, desde que tengo uso de razón», señala mostrando los ramos que elabora con plantas que recoge de su propia finca, en Lourido.

De mañana ya había vendido «bastante» en una jornada de intensa demanda, reconoce. Otro tanto constatan las profesionales del Mercado como Beatriz Solla: «Llegué aquí a las 7,30 horas, aunque la Plaza no abrió hasta media hora más tarde y nada más abrir ya empezó la gente a entrar, que tuvieron que esperar que se colocasen los puestos».

Coincide Loli, de Floristería Loli Torres, que a las 11,20 horas indicaba que «quedan poquísimas» hierbas y la gente «este año se animó a comprarlas. Vino hoy a primera hora y ya se vendieron el fin de semana».

Lejos de decaer, la costumbre se perpetúa y acrecienta. «Viene gente de todo tipo, desde mayores a muchos jóvenes, la tradición se mantiene».

En su caso, elabora los ramos siguiendo las pautas heredadas de mi abuela. «Según esos conocimientos las hierbas de San Xoán son silvestres, las que se encontraban por los caminos, en el monte, como carrasquiña, trementelo, fiuncho, menta, madreselva, chopo, árnica, manzanilla, también silvestre». Les incluye, asimismo, hierba luisa o romero, malvarrosa o hipérico, todo un cóctel aromático.

A unos metros del Mercado, en la floristería Merchi, Abrahán Amor es otro de los que constata que las hierbas son «una tradición popular por excelencia» y de hecho en apenas hora y cuarto había vendido prácticamente todas las remesas. «Nosotros traemos todos los años alrededor de cien» ramilletes «y no quedan apenas, solo tenemos tres o cuatro ramos para la casa». Como en la Plaza, explica que «a primera hora fue el momento fuerte»

«Las combinaciones de hierbas son muy diversas» en función de la zona en que se recolecten. A algunos ramos «incluso se les puede poner xesta sustituyendo al romero, pero la tradición es muy amplia y cada uno lo elabora de forma diferente» y también en función de qué aromas prefiera.

Lo que no cambia es el ritual del solsticio: «Se ponen de noche en agua fría para que les de la luz de la luna» durante la noche mágica de San Xoán. Al día siguiente «hay que lavar la cara con ese perfume», ayudando a purificarnos., embellecernos y a iniciar el nuevo ciclo del verano, renovados con la magia de las flores silvestres. Feliz solsticio.

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