El calor sofocante sacude Pontevedra
La ola de calor pega fuerte en la ciudad, convirtiendo al de ayer en el día más caluroso, hasta ahora, de 2025. La urbe, sumida en la modorra, se tira a la sombra de terrazas mientras los afortunados huyen a la playa. Ventiladores, abanicos y crema solar vuelan de las tiendas en medio del «espejismo sahariano»

Con el agua del mar caliente, la gente se metía a hablar sin prisa. / Rafa Vázquez
Ayer no había sombra suficiente para cobijarse. Con una ciudad hundida en el sopor de 35 grados que caían a plomo, las principales plazas de paso como la Peregrina o A Ferrería eran evitadas por los viandantes, que caminaban por la escasa vera de sombra que dejaban las vías del centro de la ciudad. Gorras y sombreros estilo Panamá en las cabezas, mucho pelo recogido y vestidos playeros, minifaldas y ropa amplia, donde los colores claros reinaban, era el atuendo general, completado por todo tipo de alpargatas y sandalias que daban un respiro a los pies. Hacía tanto calor que los bancos bajo un árbol era de lo más cotizado, cualquier papel servía para abanicarse y las tiendas seducían tanto por sus primeros descuentos como por el aire acondicionado que propulsaban sus puertas automáticas.
De hecho, la gente que faltaba en las aceras estaba dentro de algún comercio buscando sandalias o bañadores. «Un día como hoy sube la venta media de un día normal. La gente busca bañadores y bikinis, también chanclas porque todo el mundo está pensando en escapar a la playa», comentaban las dependientas de las grandes firmas.

Terrazas a la sombra como en Marquesa triunfaron. | Rafa Vázquez
Desde las tiendas especializadas en cosmética, las vendedoras señalaban que con el calor la gente se anima a enseñar y es cuando quiere lucir una piel bonita. El pontevedrés medio aún no se cuida la piel a diario, a pesar de que cada vez sean más lo que lo hacen. Por eso ayer, las dependientas (con sus establecimientos llenos) apuntaban que todo el mundo busca «estar mejor».
«Un día como este suben las ventas un 10 o 15% sobre un día normal. Se trata de productos relacionados con la protección solar, autobronceadores y potenciadores del bronceado, en todo tipo de formatos y texturas. En cuanto sale un rayo de sol se nos llena la tienda. Luego vuelve la lluvia y por aquí se queda todo tranquilo», apuntaban las chicas de Druni.

Las fuentes ofrecieron alivio. | Rafa Vázquez
Con la gente literalmente pegada a las paredes donde el sol no llegaba, muchos hacían cola para sacar dinero o esperaban a alguien. Refrescos fríos en mano, poca agua se veía eso sí, pero el recurso de las fuentes donde refrescar muñecas, nuca y pelo siempre a mano. Poco peregrino, para lo que es habitual.
Y mientras todo esto pasaba, otros entraban y salían de ferreterías y chinos en busca de un método que aplacase un poco el sofoco. «Las ventas suben muchísimo en julio, pero cuando hay varios días seguidos con este calor la gente busca ventiladores como este», explicaba uno de los dependientes de Ponte Bella Hogar mostrando un aparato de pie. «Aunque lo que más estamos vendiendo son ventiladores de mano y para poner sobre la mesa de trabajo y abanicos».
Y, contra todo pronóstico, alguna que otra heladería cerrada como Stromboli. Y las que permanecían abiertas, con ventas irregulares. «No hay nadie, la gente se va a la playa. Venderemos antes de comer y al final del día, cuando estén por la calle», comentan desde J. Juncal donde ofrecen helado artesanal y soft todo el año.
Playas llenas y atascos
Los arenales de la ría estaban hasta la bandera. Llegar era una odisea a la hora de comer, cuando muchos trabajadores aprovechaban para darse un chapuzón. Y la horquilla de 16.00 a 17.30 horas, con caravanas de coches con niños que hacían eterno el camino.

El abanico, un clásico que nunca falla en días de calor. / Rafa Vázquez
El día más caluroso del año: 35 grados e índice ultravioleta de 9
Martes 17 de junio marca un hito en el calendario local hasta ahora al ser el día más caluroso del año con temperaturas oficiales de hasta 35,1º en la ciudad (la sensación térmica podía ser más alta) y su litoral, lo que para MeteoGalicia es «alerta amarilla». Una temperatura que solo en dos ocasiones estuvo cerca de alcanzar la ciudad en lo que va de 2025: el día 10 de abril (31º) y el 29 de mayo (30º), valores registrados por la estación meteorológica de Campolongo.
El calor sofocante de ayer se produjo además en medio de un cielo despejado que no daba tregua y que acentuaba la sensación de ardor del sol, con escasa humedad en el ambiente. Ayer el día estuvo marcado por la incidencia de los rayos solares registrándose un índice ultravioleta muy alto que alcanzó durante las horas centrales del día el nivel 9 (el máximo es 11). Y todo con suaves vientos que comenzaron siendo del sudoeste.
Hoy se esperan temperaturas algo suavizadas, que alcanzarán sin embargo los 30 grados, similar a lo que ocurrirá jueves y viernes. Con la diferencia de que se esperan precipitaciones el jueves debido al intenso calor previo de inicio de semana.
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