«Hortachef» o cómo la cocina se gana a los niños

La ANPA del CEIP Campolongo cierra el curso con una nueva edición de su adorado «Hortachef», un concurso de cocina en el que participa todo el alumnado y donde aprenden de profesionales técnicas y «el valor de hacer las cosas».

Raúl, de Cre Cottê, dedica su día libre a instruir a los niños en filloas y mini crepes.

Raúl, de Cre Cottê, dedica su día libre a instruir a los niños en filloas y mini crepes. / Gustavo Santos

Pontevedra

La cocina ha sido siempre el lugar de reuniones en torno al cual la gente se une y eso es algo que saben muy bien los padres y profesores del CEIP Campolongo. Que un año más han dado rienda suelta a la creatividad entre «los fogones» de todo su alumnado con la última edición de su tan querido concurso «Hortachef». «Esta actividad empezó justo después de la pandemia. El colegio tenía una huerta en el río Gafos que la trabajaban las familias. Incitábamos a los niños para que fueran a cultivar en ella para que aprendieran a cuidar los productos de la huerta y que vieran como iban creciendo. Después, todo lo que habían cultivado se recogía y trabajaba en una clase de cocina. Así surgió la idea del concurso», explica Iria Asorey, vicepresidenta de la ANPA San Xosé.

Pero cultivar una huerta requiere mucho trabajo ininterrumpido, así que, con los años, cada vez menos familias disponían de tiempo para dedicar al campo y la actividad hortícola se fue abandonando. Sin embargo, el poso tan positivo dejado por la experiencia de cocinar germinó en los niños, convirtiéndose en una de las actividades más deseadas antes de sus vacaciones de verano.

«La huerta quedó colgada. Sin embargo, la recompensa final de la clase de cocina a todo el mundo le gustaba. Triunfó año tras año y decidimos mantenerlo, aunque no tuviéramos la huerta. Por eso, seguimos contactando con distintos chefs de diferentes restaurantes de Pontevedra porque, además de ser una actividad que gusta mucho a los niños, en el cole los profesores también ven que disfrutan. Así que lo hacemos siempre a final de curso cuando la materia ya está dada y los exámenes terminados, por lo que no interfiere mucho con la dinámica habitual del cole». Participan todos los niños del colegio 475 alumnos, cada día de una clase diferente.

Un grupo de alumnas a cargo del chocolate. |  Gustavo Santos

Un grupo de alumnas a cargo del chocolate. | Gustavo Santos

Candela, que ya «hacía filloas en casa con su abuela», disfrutaba con sus filloas de compota de manzana y su mandil de flores. Para Martín, que no sabe si enseñará a cocinar a su familia porque «es muy difícil», no hay nada como las filloas. Mauro y Juan, también las prefieren frente a los mini crepes. Y a todos les delata la cara manchada de chocolate.

Y es que ayer tocó a los alumnos de 2º y 3º de Primaria que contaron con las instrucciones de Raúl de Cre Cottê y Gabriel y Paola de Semplice. A ellos hoy se les unirán Il Picolo, Cousiñas, Trasmallo y Noro, entre otros.

«Se trata de que ellos colaboren y aprendan nociones básicas con huevo, harina y leche. Y que, experimenten con la batidora con apoyo de las madres. Es una experiencia muy grata porque las sensaciones de los niños son innatas y se sorprenden. Ellos se lo pasan pipa y ven que las cosas salen de materias primas que necesitan trabajo», comentó Raúl, que lleva dos años participando.

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