Forestais se va de ‘practicas’ a Portugal

La escuela del campus se dota de una innovadora ‘aula de prácticas’ en montes de Paredes de Coura | Es el primero que se realiza en Europa de una masa de cipreses de Lawson

Los participantes, en el bosque portugués.

Los participantes, en el bosque portugués. / FdV

Pontevedra

Un marteloscopio es un área de bosque, generalmente de una hectárea, en la que todos los árboles fueron georreferenciados, catalogados y numerados, lo que hace posible desarrollar en ella diferentes actividades formativas, desde la simulación de intervenciones silvícolas hasta prácticas de medición con diferentes sistemas. En el marco de un proyecto piloto de innovación docente, la Escola de Enxeñaría Forestal impulsó la creación de una infraestructura de este tipo en el paisaje protegido del Corno do Bico, en el municipio portugués de Paredes de Coura, donde se asienta el Laboratorio Rural del que forma parte este centro. Con la participación del alumnado, se llevaron a cabo los trabajos de medición y catalogación de una masa de cipreses de Lawson, siguiendo la metodología empleada por el Instituto Forestal Europeo, con el objetivo de pueda incorporarse a su red de marteloscopios. Esto lo convertiría en el primero de Europa centrado en esta especie de origen americano, así como en el segundo marteloscopio de Portugal en ser incluido en una base de datos que reúne los datos de 267 masas arbóreas de 27 países.

«La idea es que esta infraestructura pueda utilizarse en diferentes materias y con distintas aproximaciones», señala el subdirector de Forestais, Juan Picos, coordinador de una iniciativa seleccionada en la convocatoria de proyectos piloto de innovación docente en facultades y escuelas de la Universidade de Vigo.

Con la participación de las investigadoras Julia Armesto y Laura Alonso, este proyecto abarcó también la creación de un «gemelo digital» de la parcela, a partir del procesamiento de los datos obtenidos con tecnología Lidar, tanto con un dispositivo portátil, como a través de un dron. «Fuimos un paso más allá. La metodología supone que georreferencias cada árbol y nosotros, además, los reconstruimos digitalmente», destaca Picos. Este gemelo digital, explica, «amplía el potencial educativo» del marteloscopio, «al trasladar el bosque físico a una plataforma visual interactiva», en la que el estudiantado puede aportar información detallada de cada árbol, «simular intervenciones, visualizar los resultados en tiempo real y explorar distintos escenarios de gestión forestal». De este modo, el marteloscopio constituye una «infraestructura docente» que permite la formación del alumnado tanto en técnicas cartográficas como en materia de gestión forestal, ya que la recolección de datos sobre el diámetro, altura y estado sanitario de los árboles posibilita replicar «diferentes escenarios de toma de decisiones» y simular «tratamientos silvícolas» con diferentes objetivos. Del mismo modo, hace posible ir «comparando tecnologías de medición sobre un patrón que ya está perfectamente medido y georreferenciado», señala Picos,

Este proyecto de innovación integra inicialmente tres materias del grado en Enxeñaría Forestal, Expresión gráfica w cartográfica, Silvicultura e Dasometría, en las que los alumnos pueden ir trabajando sucesivamente, en diferentes cursos, «sobre una mismo entorno y unos mismos datos, de tal manera que adquieran distintas competencias de manera complementaria».

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