Casi 21.000 mascotas en la ciudad: uno de cada cuatro pontevedreses cuida de una
Es el mayor porcentaje de Galicia, igualado con Lugo
Por cada niño menor de 15 años del municipio hay dos animales domésticos

Juan ofrece a Sara y Sheila "chuches" sin cereales para Menta y Zoe. / Rafa Vázquez
Los gallegos optan cada vez más por tener un animal de compañía, ya son más 812.000 en Galicia. En concreto, en el Registro Gallego de Identificación de Animales de Compañía (Regiac) figuran 812.214 animales de compañía. De ellos, 307.488 en la provincia de A Coruña; 116.655 en la de Lugo; 104.442 en la de Ourense y 283.629 en la de Pontevedra. Del total a nivel gallego la mayoría son perros (735.321), siguiendo gatos (72.459) y hurones (635), además de catalogadas como otras especies (2.051). A las que se suman 1.748 aves de rapiña.
En el municipio de Pontevedra hay 20.875 mascotas registradas (sin contar las que puedan estar en situación alegal), lo que significa que hay una por cada cuatro vecinos. Es, junto con Lugo, el porcentaje más al alto de las siete ciudades gallegas. Vigo es la que contabiliza un mayor número con 58.886, pero es uno por cada cinco vigueses; A Coruña tiene 39.430, uno por cada seis ciudadanos; 20.931 son en Santiago de Compostela, uno por cada cinco; en Ferrol hay 14.886; en Lugo 24.980; y en Ourense ascienden a 23.295. Como ocurre a nivel provincial, la mayoría son perros, seguido de gatos y otras especies.
Es una estadística ya apuntada en varias ocasiones, pero con los datos actualizados, se certifica que hay el doble de mascotas en la ciudad que de niños menores de 15 años. El último padrón del Instituto Nacional de Estadística detalla que hay 10.091 personas por debajo de esa edad. En este caso, Pontevedra presenta unos porcentajes similares a Lugo y Ourense. Ya que en Ferrol la relación es de 2,4 niños por cada mascota. Mientras que en A Coruña es de 1,4 y llega a 1,8 en Vigo y Santiago.
Estos datos, que responden solamente a los animales censados a través del registro de su chip dejan fuera, sin embargo, a los que no cumplen con la Lei de 2017 de protección e benestar dos animais de compañía de Galicia. Por lo que podrían ser muchos más los animales que conviven en domicilios con sus amos. Asimismo, muestran cómo en solo dos años la composición de la «unidad familiar» ha cambiado en las viviendas de los pontevedreses ya que en mayo de 2022, según datos del mismo Regiac, la proporción era de 1 perro por cada 5 habitantes.
Junto con el incremento de animales de compañía en los domicilios se está dando también un cambio en el cuidado de los animales. Algo que manifiestan desde las tiendas con productos para ellos. Propietarios de estos locales apuntan que en los últimos años, especialmente desde la aplicación de la Lei de Benestar Animal, y unido a la prohibición de vender animales, se ha generado una conciencia popularizada acerca del «mejor cuidado del animal». Algo que indican también, «va acorde con el cambio en la visión y cuidados de uno mismo».
Por lo que, de forma general, los dueños de animales de compañía (perros y gatos, principalmente) han cambiado sus hábitos en el ejercicio, juego y alimentación, en la misma medida que han mejorado los suyos personales. De este modo, los animales de compañía suben de escalón en la jerarquía de las familias (independientemente de si se trata de una persona, una pareja o hay también presencia de hijos u otros miembros familiares), siendo «uno más».
Sin embargo, los profesionales del sector, así como animalistas, alertan de que aún hay quienes no tratan a los animales a su cuidado como deberían. Hace tan solo unas semanas que los juzgados pontevedreses tuvieron que dirimir el futuro de un hombre que supuestamente había envenenado y abandonado a orillas del río a sus canes, cuando, presumiblemente, ya no le servían. Este es de los casos más extremos pero, desgraciadamente, siguen teniendo presencia en Galicia. Y, a pesar de que son la minoría quienes llegan a ese extremo, el Seprona sigue actuando sobre explotaciones de canes en el monte de manera recurrente, entre otras intervenciones de protección animal.
Lo que sí apelan los profesionales es a la responsabilidad a la hora incorporar una mascota en la vida de alguien. «Convivir con un animal debe ser un proceso reflexionado», recalca Rubén Pérez, portavoz de la fundación animalista Franz Weber, que afirma que «cada año se incrementa este número, aunque sigue existiendo una bolsa de animales sin ningún tipo de control, lo que dificulta después su intervención en casos de abandono y maltrato».
Más gente sabe que lo que más cansa al perro es la estimulación intelectual
Encarna dirige Pequeñitos y Adorables desde hace doce años. Su establecimiento aboga por un trato digno basado en el cariño, el respeto y el cuidado, por eso, desde juguetes a correas, todos son elementos apropiados para el perro y no un instrumento de dominación del dueño sobre el animal. Ella, que tuvo la desagradable experiencia de ver cómo un cliente golpeaba con la cadena recién comprada a su mascota, «era para que no la mordiera al ir a pasear, no para castigar al perro. Me dio tanta impresión que eché a la persona, regalé las cadenas que me quedaban a la protectora y nunca más las vendí», recuerda. Y explica como a su tienda la gente va a buscar «juguetes inteligentes» como alfombras olfativas y juegos para lamer. «Está demostrado que lo que más cansa al perro es la estimulación y el uso del juego para su desarrollo mental» algo que nota que más gente sabe.

Encarna enseña una alfombra olfativa. | Rafa Vázquez
Ahora los dueños se informan y se fijan en la composición de los piensos
Desde Can de Palleiro, donde Juan lleva al frente del negocio seis años, se constata la presencia de más perros y gatos en la ciudad. Para él, esto también responde a que antes era posible «comprar» peces, tortugas y hurones, por ejemplo. «Ya nadie los vende por la Lei de Benestar Animal». Su establecimiento está especializado en «productos de alimentación súper premium». Se trata de piensos naturales «sin ningún tipo de cereal, ni arroz». Destaca Juan que lo hace así «porque es malo para ellos».
Y apunta a que cada vez más gente compra piensos de mayor calidad. «Este modelo de alimentación influye directamente en la calidad de las heces y aspecto del pelo. Hay quien piensa que un perro es más joven de lo que es, por ello. Y el can está más activo y alegre». Y afirma que «los dueños están cada vez más informados, se fijan en la composición y buscan alimentación sana».
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