Cadena humana en el CEIP San Clemente de Caldas: «La sensación de apoyo es total»
Las familias unieron con sus manos 400 metros entre el colegio y la casa de una de las escolares afectadas por el cierre definitivo de una unidad de Educación Infantil el próximo curso

Foto: Iñaki Abella / Video: @orixestudio
La jornada de este domingo fue especial en el municipio de Caldas, concretamente, en la aldea en la que se ubica el CEIP San Clemente, que está en el punto de mira a raíz del inminente cierre de definitivo de una unidad más de Educación Infantil para el próximo curso.
Más de medio millar de personas respondieron a la convocatoria de la comunidad educativa para visibilizar lo que define como «una de las situaciones absurdas provocada por la supresión irregular de la tercera unidad de Educación Infantil del centro». «Todo el mundo respondió muy bien. La sensación de apoyo es total», aseguró a FARO Fuensanta Barcala, portavoz, que adelantó que por el día de Santa Rita, el 22 de mayo, volverán a llevar a cabo una nueva acción, esta vez junto a la capilla cercana al colegio.

Medio millar de personas se unieron a la cadena humana. / Iñaki Abella
Tras las más de 1.500 firmas entregadas hace unos días en la delegación de la Xunta de Galicia en Pontevedra, este domingo fue el día para crear un cadena humana que uniese el escaso medio kilómetro que separa el colegio de la vivienda de una de las niñas que no se podrá escolarizar allí por la «decisión arbitraria» de la Xunta.
La tercera unidad de Infantil fue suprimida en el inicio del actual curso, debido a lo que se presentó como un «error administrativo» al contabilizar el número de matrículas. Denuncian las familias que «en lugar de corregirlo y reponer la situación inicial, Educación optó por poner un parche (una profesora del Plan MEGA) y condicionar la reapertura de la unidad a la consecución de matrícula suficiente para el curso 2025-2026». Así lo manifestó el gobierno autonómico en su respuesta a la Valedora do Pobo.

La cadena humana unió el centro escolar y la vivienda de una niña afectada. / IÑAKI ABELLA
Llegado el plazo de matrícula, el colegio contaba con 11 solicitudes. La Consellería de Educación, en lugar de cumplir su compromiso, decidió dejar fuera a dos de los niños. Su argumento fue, precisamente, que no existía esa tercera unidad de Infantil donde poder inscribirlos.
En la cadena humana participaron familias, vecinos, las tres fuerzas políticas del concello, encabezadas por el alcalde, Jacobo Pérez (PSdeG) y el teniente de alcalde, Manuel Fariña (BNG). Se sumaron los tres anteriores regidores: Adolfo Abalo, José María Tobío y Juan Manuel Rey. Además, se unió una representación del cuerpo docente y del personal del colegio, así como de otros centros del entorno. También antiguos profesores y su exdirector, Juan Manuel Puente.
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