Pontevedra vuelve al barro sobre dos ruedas con la 4 Picos

La vibrante prueba de bicicleta de montaña suma al día siguiente la clásica Evaristo Portela, con 130 kilómetros de carretera

Presentación en el Concello de la carrera de bicicleta de montaña 4 Picos. |  Gustavo Santos

Presentación en el Concello de la carrera de bicicleta de montaña 4 Picos. | Gustavo Santos

Pontevedra

Después de albergar una prueba de la Copa de España Féminas y la primera etapa de la Costa Atlántica MTB Tour, Pontevedra volverá a ser en diez días el centro neurálgico del ciclismo gallego con un doblete de pruebas muy especial gracias a la 4 Picos, que regresa al calendario de la ciudad el 10 de abril, con su cita de bicicleta de montaña, y al día siguiente con la modalidad de carretera en la Clásica Evaristo Portela.

Junto al histórico director del Grupo Deportivo Supermercados Froiz, los organizadores de la carrera destacaron las novedades que incluye esta edición de la 4 Picos, la décima que se celebra en tierras pontevedresas.

«El recorrido de la primera prueba empieza por el Lago de Castiñeiras, subiendo el Alto de Xaxán. Es el pico quizás más largo, pero el más exigente. Tiene una bajada espectacular para enfrentarse a ese segundo pico, en el que subimos A Fracha. Volvemos a pasar por la zona de meta y nos dirigimos al Castrove, que va más por pista. De allí, vamos al cuarto pico, en el que modificamos prácticamente todo. Subimos al Pontillón do Castro y de este pico, bajamos hacia la ITV de Bora. Es una bajada totalmente inédita», explicó el director de la prueba, Josevi Cimadevila, que detalló que, a causa del apagón, las inscripciones para la prueba se podrán efectuar durante un día más, hasta el 4 de mayo.

24 horas después de la prueba de MTB, que se dividirá en la 2 Picos (65 kilómetros) o la carrera al completo (130), se celebrará la Clásica Evaristo Portela - 4 Picos Road, con dos tramos cronometrados para un total de 112 kilómetros sobre la bicicleta por distintas puntos de la comarca.

«Comenzamos circulando hacia Marín en una parte neutralizada de 37 kilómetros en la que disfrutamos de las playas. Volvemos a pasar por Pontevedra y vamos hacia Campo Lameiro para encarar la subida de Muller Boa, de 5,7 kilómetros con rampas duras. Allí haremos una parada técnica para condensar el grupo», explicó Cimadevila, sobre una prueba que toca también a municipios como Ponte Caldelas.

«Volvemos a bajar hacia la segunda subida, que nos lleva a Cuspedriños, y de ahí vamos a Cerdedo-Cotobade para bajar después a Pontevedra. De ahí vamos hacia la ITV de Bora y subimos nuevamente para entrar por el río a la ciudad», concluyó.

Por su parte, Evaristo Portela destacó el buen hacer de Pontevedra en la organización de pruebas deportivas. «Es la ciudad del deporte. Las administraciones tienen que estar muy orgullosas de Pontevedra porque cada vez que sales fuera de Galicia, miran a la ciudad con ganas de sentirse pontevedreses por lo que se apoya aquí al deporte», aseguró el histórico de la bicicleta lerezana.

Por su parte, la edil de Deportes, Anabel Gulías, ensalzó la relación de la Boa Vila con las dos ruedas.«Creo que el compromiso de la ciudad con el ciclismo se puede palpar e intentaremos seguir manteniéndolo. Una prueba de estas características no es solo importante a nivel deportivo, sino también de economía», argumentó.

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