Portos diseña la señalización de bateas en la ría de Vigo a la espera de balizar las de Pontevedra

Después de varios años de espera y un ensayo previo en la ría de Muros-Noia, Portos de Galicia por fin ha decidido instalar en las Rías Baixas la señalización de las bateas de cría de mejillón para hacer visible su ubicación por las noches y evitar accidentes. Pero ha optado por iniciar ese despliegue en la ría de Vigo y no en la de Pontevedra, como aguardaba el sector pesquero, que reclama este sistema desde hace años.

El ente autonómico ha encargado a la empresa coruñesa Organización y Gestión de Proyectos y Obras (Ogpo) la redacción del «proyecto constructivo de señalización marítima de los polígonos de bateas de la ría de Vigo» por algo menos de 10.300 euros. Tras disponer del proyecto, se tramitará su instalación. Se aguarda a que el siguiente paso ya se dé en Pontevedra, en cuya ría existen ocho polígonos entre Bueu, Poio y Aldán, mientras que en Vigo son doce.

La esperanza del sector es que estas balizas lleguen a las costas pontevedresas en 2026, como muy tarde. Hace unos días, Portos de Galicia manifestaba su voluntad de proceder en los próximos meses a licitar la señalización de estas estructuras y paliar así las colisiones y accidentes. El ente autonómico subrayaba que «cuenta con una partida de 100.000 euros para continuar con los trabajos en este ámbito, que ya fueron realizados en la ría de Muros-Noia». En este caso, se adjudicó en el verano de 2023 a la empresa Yacht Port Marinas la instalación de estas balizas en las bateas, por 84.700 euros, en 2024.

Portos también apunta que programa para este año esta medida en «polígonos mejilloneros en las Rías Baixas», sin especificar en cual se llevaría a cabo. Finalmente, la primera elegida es la de Vigo pese a que desde que se maneja este plan, en 2015, siempre se apuntó que Pontevedra sería la segunda tras el ensayo en Muros-Noia. Pescadores y marineros de Pontevedra, y de todas las Rías Baixas reclaman desde hace años esta señalización luminosa , sobre todo de noche, para evitar los accidentes y colisiones de las embarcaciones contra las bateas y aumentar la seguridad marítima en el interior de la ría. El naufragio más grave por la colisión con una batea ocurrió en abril de 2017, con el hundimiento de pesquero Nuevo Marcos que segó la vida de tres tripulantes, todos ellos de Campelo, en Poio. Pero este tipo de incidentes no son infrecuentes en todas las Rías Baixas.

Portos de Galicia dispone de la autorización estatal para ello desde octubre de 2017. El aparato que se eligió en su día se basa en un sistema anclado con muertos con la señal lumínica encima. Además, habría dos modalidades complementarias, una más compleja para aguas exteriores y otra más sencilla para las interiores.

En la de Pontevedra existen seis polígonos, sin incluir los dos de Aldán: tres frente a Poio y otros tres ante Bueu. Sin embargo, aún no hay fecha exacta para su implementación. Ya a finales del año 2015, Portos anunció en Marín un plan para mejorar la señalización luminosa de los accesos a los muelles gallegos que incluiría la instalación de 98 nuevas señales marítimas en las costas gallegas, entre ellos los polígonos mejilloneros en las inmediaciones de los recintos portuarios. El ente autonómico dependiente de la Consellería do Mar elaboró la propuesta a finales de 2015 y la presentó en febrero de 2016 ante Puertos del Estado, organismo encargado de su tramitación y aprobación, que llegó en octubre de 2017. Corresponde a la Xunta adquirir los elementos y proceder a su colocación.

Las balizas que se prevén colocar en aplicación de la Ley de Puertos del Estado se clasificarán en imprescindibles, convenientes y secundarias, según el grado de necesidad. Se trata de un proyecto para el que Portos tenía ya contemplado en sus presupuestos de 2017 una partida bianual de 900.000 euros.

Se reabren los polígonos de Poio tras su cierre por toxina

El Intecmar ha decretado la reapertura del único polígono de bateas de Poio que permaneció cerrado algunos días por la presencia de biotoxinas. De este modo, todas las plataformas mejilloneras de la costa poiense están abiertas, pero no ocurre así con las de Bueu, donde están cerrados dos de sus tres polígonos. También están en funcionamiento los de Aldán. En el resto de las Rías Baixas solo está sin actividad una zona en Baiona. La presencia de biotoxinas en esta época se atribuye al afloramiento costero primaveral. Por el momento, ninguno de los bancos marisqueros está afectado.

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