El nuevo contrato de basuras de Pontevedra entrará en vigor el 1 de junio
El despliegue de contenedores iniciará el cambio de paradigma en la gestión de residuos, en la que la ciudad también quiere ser pionera

Un camión de recogida de basuras en una calle de Pontevedra. / Rafa Vázquez
El de hoy es un día especialmente feliz para el alcalde, Miguel Fernández Lores, que en la mañana de este jueves compareció tras el nacimiento de su quinta nieta, Carmela. Con la buena noticia para la familia, el regidor compartía su satisfacción por la próxima entrada en vigor del contrato de residuos, tras un extensísimo proceso de tramitación.
“Ha sido un gran trabajo para sacarlo adelante”, recordó antes de incidir en que desde el gobierno local “tenemos puesta mucha ilusión en este contrato pionero”, adaptado a las últimas modificaciones de la ley y a las directrices de la UE, que supondrá “un cambio sustancial” en la gestión de los residuos municipales.
El próximo paso será la exposición pública durante 15 días hábiles, con la posibilidad de que se presenten recursos por parte de empresas y sindicatos. El Concello dispondrá hasta el 20 de mayo para contestar y resolver, y será el último trámite administrativo tras la firma electrónica del contrato, de modo que en principio la previsión es que la nueva concesión entre en vigor el 1 de junio, momento en que se iniciará el despliegue de nuevas medidas y entrarán en vigor las modernas prestaciones.
“No habrá un despliegue total inicial”, explicó el regidor, ya que por ejemplo la maquinaria todavía está en fase de contratación y aunque “sabemos que la empresa se está adelantando” se enfrenta a retos como que la mayor parte de los vehículos grandes funcionarán a gas (los más pequeños serán eléctricos), de modo que habrá que habilitar una gasera en el polígono de O Campiño, donde tendrá su sede la compañía Prezero, actual concesionaria y adjudicataria del mayor contrato de la historia de la ciudad. Fue la única oferta presentada al concurso y cobrará más de 238,2 millones de euros durante las dos décadas de duración del acuerdo, a razón de 11,9 millones de euros anuales.
El próximo paso será la exposición pública durante 15 días hábiles, con la posibilidad de que se presenten recursos por parte de empresas y sindicatos
Lo que sí se hará en los primeros días de entrada en vigor del contrato será el despliegue de contenedores. “Va a ser lo primero”, señaló Fernández Lores, en un proceso que supondrá un cambio del personal, maquinaria y en general del modelo de recogida y tratamiento, que se basará en la separación.
“Separar, separar, separar”, reiteró el alcalde, será la clave de ese nuevo modelo, ya que “no separar complica” el tratamiento y “va en contra de las directrices” sobre la gestión de residuos.
El Concello también está contratando el sistema de información bidireccional y elaborando una ordenanza fiscal que “también será pionera, sin precedentes”, avanzó el regidor. Recordó que la ley relativa a residuos “recoge que hay que pagar en función de la producción, y eso requiere una tasa proporcional a la generación y recursos”.
La elaboración de esta ordenanza implica “las dificultades inherentes a ser pionera”, señaló el alcalde.
Prezero dispondrá de 6 meses para implantar el nuevo sistema. Este plazo se ampliará en el caso de la planta de compostaje de A Canicouva, que ha de estar operativa en los cuatro primeros años de la concesión
Éste también se refirió a que productores y ciudadanos “tienen que tener buena información y conocimiento”, de modo que ya está contratada la campaña de comunicación que, añadió, “queremos que llegue a todos los ciudadanos, actividades económicas e instituciones”.
Fernández Lores expresó que desde el gobierno local “confiamos en la ciudanía” de Pontevedra “a todos los niveles”, y ésta ha de tener “información y basarse en el conocimiento” para tomar decisiones.
La Boa Vila es pionera en numerosos campos relativos al modelo urbano y “queremos que sea también un ejemplo en el tratamiento y recuperación de residuos municipales”, señaló el alcalde.
A partir del próximo 1 de junio Prezero dispondrá de 6 meses para implantar el nuevo sistema. Este plazo se ampliará en el caso de la planta de compostaje de A Canicouva, una instalación con capacidad para atender 6.500 toneladas de bioresiduos, que se alimentará mediante paneles fotovoltaicos y que estará “integrada en el paisaje”, según las previsiones municipales.
Contará con cuatro trabajadores y deberá estar operativa en los cuatro primeros años de la concesión, a riesgo de que Prezero asuma penalizaciones.
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