Savia nueva rescata la romería de San Cibrán

La fiesta de Tomeza, en riesgo de desaparición en los últimos años por falta de relevo en la comisión organizadora, ha sido recuperada por un grupo de siete jóvenes

Los jóvenes de la comisión de fiestas con otros colaboradores y vecinos muestran los ramos contra el meigallo.

Los jóvenes de la comisión de fiestas con otros colaboradores y vecinos muestran los ramos contra el meigallo. / GUSTAVO SANTOS

Pontevedra

Lejos quedan aquellos años en los que la romería de San Cibrán movilizaba a toda la ciudad de Pontevedra y buena parte de la comarca. Eran tiempos en los que incluso el lunes de Pascua era festivo local.

Sin embargo, la buena fe y las ganas de los vecinos de la parroquia de Tomeza han impedido que esta celebración desapareciese, pese a que cada año es más difícil que se cree una comisión de fiestas.

Este 2025 el mérito es para siete jóvenes, que han cogido el testigo. Adrián Viñas, de tan solo 20 años, es el portavoz improvisado de un grupo formado, además, por David, Rocío, Yésica, Alejandra, Jacobo y Víctor. Sin ellos, la romería de San Cibrán de Tomeza no hubiera tenido lugar.

La celebración incluyó degustación de rosca. |  G. Santos

La procesión con San Cibrán de Tomeza. / GUSTAVO SANTOS

«Fue todo muy rápido, porque cogimos la comisión de fiestas en febrero, por lo que no nos dio tiempo a mucho. Aún así, la gente se portó muy bien, así como las casas comerciantes colaboradoras», celebra Viñas, que hace una valoración positiva de la romería, que, como el resto de actividades de esta Semana Santa, ha estado muy condicionada por la climatología.

«Tomeza se iba a quedar sin fiesta, así que decidimos hacerlo. Esto implica que organicemos también las fiestas de San Pedro en el mes de julio», añade.

Para ellos también fue todo un reto formar ese grupo. Adrián tomó la iniciativa, que le comentó a Rocío. Ella aceptó y entre ambos se encargaron de convencer al resto de jóvenes participantes.

«Es difícil encontrar gente joven que quiera, pero los vecinos nos brindaron mucha ayuda, incluso con la recogida de las hierbas para los ramos o con la rosca de Pascua que se repartió, que nos dio la panadería San Pedro de Tomeza», celebra el portavoz de la comisión.

Los jóvenes de la comisión de fiestas con otros vecinos y colaboradores muestran los ramos contra el meigallo. |  Gustavo Santos

En la fiesta hubo degustación de rosca. / GUSTAVO SANTOS

Y es que los organizadores han querido seguir al pie de la letra la tradición y pusieron a la venta 430 ramos para espantar el meigallo Los vendieron por dos euros, un precio simbólico, aunque mucha gentes terminó dándoles más dinero a modo de propina. Están formados por loureiro (para triunfar), ruda (protectora), olivo (paz), malvarrosa (buenas energías) y romero (buena suerte).

En esta fiesta todas las tradiciones van encaminadas a la protección contra el mal de ojo, siendo las más conocidas las nueve vueltas alrededor de la capilla tirando piedrecitas en cada una de ellas al tejado y pasar en tres ocasiones por debajo de la silla del santo. Siempre números impares.

Devotos tiran las piedras sobre la capilla. |  G. Santos

Devotos tiran las piedras sobre la capilla. / GUSTAVO SANTOS

Misas y orquestas

Han sido tres días de fiesta. El San Cibrán 2025 comenzó el pasado sábado, aunque el público fue escaso debido a la desapacible jornada de temporal.

Ya el domingo asistió más gente y se celebró la verbena con Tania Veiras y el dúo La Mecánica. Asimismo, a las doce de la noche se tiraron los fuegos de artificio.

Ayer, lunes de Pascua, fue el día grande de la romería, con misas en honor al santo a las 12, 13 y 18 horas, a las que acudieron numerosos creyentes. Hubo música con la Charanga OT y ya a última hora de la tarde con la orquesta Marbella y el trío Tic Tac.

Todos los días hubo servicio de bar con pulpeiro, con opción de comidas y cenas.

Una espinita que se le ha quedado clavada a esta comisión de fiestas entrante es que no se pudo instalar el prometido espacio de atracciones para todas las edades, ya que las lluvias y, como consecuencia, el estado del terreno no garantizaban la seguridad para los presentes. Es más, los camiones no pudieron acceder.

Está claro que un año más la fiesta se ha salvado de la desaparición. Habrá que ver qué ocurre el próximo 2026 y si este grupo de jóvenes sigue estando disponible para la organización. Por lo de pronto, su buena disposición ha sido celebrada por toda la parroquia y la ciudad de Pontevedra.

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