El dulce aroma de la Pascua
La subida abrupta del precio del chocolate es uno de los factores a los que apuntan los responsables de las confiterías para explicar el renovado auge de la tradicional rosca. Con ella, continúa el tirón de las monas de chocolate personalizadas y, por supuesto, los huevos de Pascua.

«Es una pasada la demanda de roscas», reconocen en la confitería Capri. / Gustavo Santos
La Semana Santa, ese paréntesis de recogimiento y tradición, culmina con la alegría del Domingo de Resurrección, en donde de nuevo emergió un protagonista indiscutible en las mesas de muchos hogares: el dulce. Como resultado, y a falta del epílogo de hoy, concluye una de las semanas más ajetreadas en las pastelerías de la comarca, en un año de vuelta a la tradición en el que ha triunfado especialmente la rosca.
«Es una pasada la demanda», reconoce Menchu Collado, gerente de la confitería Capri, ante la que se sucedieron las colas: solo en la jornada del sábado y bajo una intensa lluvia los clientes esperaron pacientemente para recoger 400 unidades de este postre típico de Pascua.
Si en años anteriores la demanda se concentró en las monas de chocolate, con sus figuras caprichosas y su atractivo para los más jóvenes, en este 2025 este ingrediente «ha subido muchísimo de precio», hasta un 40%, refiere la profesional, «y además ha sido de golpe. Todo se ha encarecido en realidad, pero por ejemplo los huevos el alza ha sido más progresiva, y eso ha hecho que los clientes vuelvan al roscón», percibido como una opción más económica.
También cambian los hábitos de las familias. «Antes sobre todo se regalaban estos postres en el domingo de Pascua, pero ahora muchos se van de vacaciones o tienen más de un niño al que regalar, de modo que desde una semana antes hasta una semana después tenemos que seguir haciendo roscones», señala Menchu.

La repostería creativa es la especialidad de La Artesa. / Gustavo Santos
Esta extensión temporal de la demanda supone un desafío logístico para las pastelerías, que deben adaptar su producción para satisfacer un flujo constante de pedidos durante al menos dos semanas. Es un efecto que también se percibe en establecimientos como Solla, donde los huevos de Pascua son estos días los grandes protagonistas del escaparate de esta pastelería ubicada en la calle Michelena.
Solo Capri vendió más de un millar de roscas durante este fin de semana y ha tenido colas desde el lunes
Como otros profesionales al frente de pastelerías de la ciudad, Menchu reconoce que no siempre resulta fácil prever la demanda. «Cada año es una novedad, no hay una varita mágica» para establecer de antemano cuantos roscones elaborar. Supone un reto para un obrador como el suyo, donde se trabaja con masa madre «y las dejamos fermentar lentamente», de modo que «aunque quieras apurar» los procesos para atender nuevos pedidos no es posible.
Solo durante el fin de semana la histórica confitería ubicada en la calle García Camba ha vendido más de mil roscas, pero, en general, «desde el pasado lunes hemos tenido colas».

Tras años de reinado de los chocolates, el roscón de Pascua recupera posiciones entre las preferencias de las familias. / Gustavo Santos
Tras el roscón se sitúan entre las preferencias de los pontevedreses las torrijas. «Desde hace dos o tres años están de moda», explica en este punto la responsable de Capri. Cada día de la Semana Santa, y ya en las jornadas previas, venden «alrededor de 100 tranquilamente», un tirón que comparte esta fritura típica de la Semana Santa con «nuestra especialidad, que es la rosca de hojaldre llena de almendra y bañada en yema escarchada».
Lidia Fariña está al frente de La Artesa con su hermana Sabela. Ambas están especializadas en repostería creativa y con su enfoque innovador sirven a clientes de toda la Península y hasta de Reino Unido
Se trata de una rosca que solo elabora esta pastelería y que «triunfa entre los clientes, nos la piden muchísimo».

Los huevos de Pascua reinan en el escaparate de la confitería Solla. / Gustavo Santos
Los bizcochos bañados en chocolate son otras de las propuestas por las que se decantan en estas fechas los padrinos para obsequiar a sus ahijados. Son sus principales clientes en Semana Santa, coinciden otros profesionales como Lidia Fariña, al frente de La Artesa con su hermana Sabela.
Ambas están especializadas en repostería creativa. Con su enfoque innovador, desde este local de la calle Don Gonzalo que esta semana volvió a ser un ir y venir de aromas azucarados sirven a clientes de toda la Península y también de Reino Unido, donde cuentan con una clientela fiel.
Ésta suele pedirles monas de chocolate personalizadas al extremo e inspiradas en las aficiones del ahijado, sus personajes favoritos o sus historias vitales. También en películas, y las reposteras se afanan por reproducir fielmente escenarios y protagonistas, poniendo de manifiesto cómo la tradición se fusiona con la creatividad y la individualidad en la celebración de la Pascua.
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