Malestar en el Mercado: «Hay robos, gente durmiendo y botellones»

Los placeros denuncian una situación de «inseguridad y mala gestión insostenibles»

Hortasan: «Me robaron la caja registradora. No hay vigilantes y las puertas están abiertas»

Primera planta donde habría problemas de seguridad.

Primera planta donde habría problemas de seguridad. / GUSTAVO SANTOS

Pontevedra

Las últimas semanas en la Plaza de Abastos no están siendo nada agradables para el personal que trabaja en las instalaciones municipales. Este periódico ha podido hablar con placeras, dueños de bares y puestos de la zona de gastroteca, personal de limpieza y otros trabajadores municipales y, aunque varían las experiencias personales, todos coinciden a la hora de narrar los hechos que habrían sucedido durante las noches de los últimos meses. Así como a la hora de mostrar sus quejas ante «la falta de personal de seguridad» y el hecho de que «las puertas estén abiertas permitiendo el acceso nocturno».

Respecto a los hechos descritos, estos habrían reproducido situaciones «que ya ocurrieron el año pasado también». Lo ocurrido en la actualidad se correspondería con: robos de productos y material de los puestos de la zona dedicada a gastronomía en la planta superior, la presencia de personas ajenas al Mercado durante la noche que estarían «haciendo botellón», «también cosas peores en los baños, aquí hemos visto de todo», «incluso una persona que se queda a dormir». Sobre la persona que pernoctaba en el Mercado, este periódico ha podido ver el espacio que estaba utilizando y que ayer ya había sido desmantelado por los propios comerciantes de la Plaza. Se trata de uno de los puestos situados en la primera planta en la zona central hacia la derecha. Su lona roja no podía impedir que alguien entrara y se instalara, pero sí que fuera detectada durante algún tiempo. Así, en dicho puesto había dispuesto un saco de dormir rojo, varios cojines blancos, una silla de madera y era posible apreciar una botella con alcohol, latas de conservas y un paquete de tabaco. «Llevaba tiempo ahí metido, es de los indigentes que están por esta zona durante el día y aprovecha la tarde para meterse porque las puertas están abiertas», explica Javier, dueño de Olmos gastrobar.

Enseres de la persona que dormía en uno de los puestos. |  FdV

Enseres de la persona que dormía en uno de los puestos. | FdV

Horario de sus puertas

El gran problema de inseguridad que manifiestan los responsables de los puestos gastronómicos tendría que ver con el horario y sistema de cierre de las puertas del Mercado. «La Plaza abre a primera hora entera, pero se cierra por partes. La parte de abajo la gestionan funcionarios del Concello y cuando acaba la actividad de las pescantinas bajan la reja. Pero se quedan abiertas la puerta principal que da acceso directo a las escaleras que van a la primera planta, y la puerta de atrás que da a la ría y permite el acceso a los ascensores. Así que la parte de arriba está abierta hasta las 23.00h entre diario y la 01.00h de la madrugada el fin de semana», cuenta uno de los placeros que prefiere no identificarse. Sin embargo, es un dato que corroboran el personal de limpieza y fuentes municipales.

Sin empresa de seguridad

A esto se sumaría la falta de seguridad en la planta superior, gestionada aparte de la de las placeras. «Abajo controlan los cinco funcionarios que rotan del Concello y cierran ellos las puertas. Pero las exteriores del edificio somos nosotros cuando acabamos por la noche. Es mucha responsabilidad y no tenemos vigilante desde hace más de dos meses», explica el personal de limpieza. Dicen trabajar sin saber lo que se van a encontrar. «Cuando estamos abajo en las cámaras puede subir la gente sin que la veamos, pero vamos, que no es nuestra función». Otros trabajadores de la Plaza indican que la empresa de seguridad privada que controlaba la primera planta cesó el contrato «por discrepancias con el Concello y llevamos meses sin vigilante arriba, puede entrar cualquiera».

Puesto roto de Hortasan donde entraron. |  Gustavo Santos

Puesto roto de Hortasan donde entraron. | Gustavo Santos

¿Quién gestiona el Mercado?

Según cuentan varios funcionarios municipales, toda la gestión del Mercado de Abastos depende del Concello. Algo que también manifiesta el personal de la plaza, tanto de los puestos como de los comercios de gastronomía de la planta superior. En este sentido, algunas personas manifiestan que, a pesar de la existencia de una asociación de vendedores de la Plaza esta, en la que no están todos los comercios, solo serviría para organizar cosas entre ellos, pero en ningún caso funcionaria como gerencia de un mercado al uso.

De vuelta en la gestión por parte del Concello según esas fuentes municipales dependería de un administrador municipal, pero la persona que ostenta ese cargo se encontraría «desde hace más de un año de baja», por lo que dicha función estaría recayendo todo ese tiempo en dos trabajadoras del Concello, concretamente «la jefa de servicio y una administrativa que trabajan desde la Casa de la Luz». Algo que sostienen también las placeras y a quienes dirigen la parte más dura de sus críticas.

Falta de rejas de seguridad en los gastropuestos

La Plaza de Abastos se estaría gestionando por separado. Así la plata baja donde están las placeras cierra su reja en torno a las 15.00h. Mientras que la puerta principal de la calle estaría abierta permitiendo el acceso a la zona de gastrotecas. Pero, sin vigilante, los puestos estarían expuestos a los ladrones

«Nos sacaron las rejas porque querían darle una estética común con toldos rojos. Les pedimos que pusieran los toldos encima de la reja, pero no hubo manera. Me han entrado y se han llevado la caja registradora. Tengo que vaciar el puesto cada vez que recojo para que no me roben. Estoy harta. Tengo una concesión de 25 años de los que me queda solo uno. Y tengo claro que me voy de aquí», cuenta indignada Pura Seoane, dueña de Hortasan.

Arriba comparte el espacio con Olmos, los alumnos del Carlos Oroza y A Fervella. «Ellas pusieron reja porque les robaron, son las únicas, se cansaron del Concello», señala una pescantina sobre el local de comida tradicional.

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