Día Mundial del Síndrome de Down: «Yo solo quiero un trabajo»

Usuarios de Down Pontevedra Xuntos piden igualdad de oportunidades, de trato y «que nos reconozcan como personas», con motivo del 21 de marzo

Usuarios de Down Pontevedra Xuntos junto al formador Luis Montes.

Usuarios de Down Pontevedra Xuntos junto al formador Luis Montes. / RAFA VAZQUEZ

Pontevedra

El 21 de marzo no es un día cualquiera para las personas con síndrome de Down, una condición en el ser humano consistente en una alteración genética en el cromosoma 21 que se traduce en discapacidad intelectual. Y es precisamente esta cifra la elegida para que el Día Mundial del Síndrome de Down se conmemore cada 21 del mes actual. Pero no como una fecha a celebrar, sino como una jornada en la que visibilizar y reivindicar.

Esto lo tienen muy claro en la asociación Down Pontevedra Xuntos, creada en diciembre de 1991 por un grupo de familiares motivados por la falta de servicios de apoyo por las instituciones públicas en aquel momento.

Entre las diferentes áreas de trabajo con las que cuenta este colectivo destaca la de Formación e Emprego y, concretamente, el «Programa de Formación para o Emprego», que ha visitado FARO.

Entre el grupo de usuarios de la asociación que se forma en este programa destacan tres jóvenes opositores: Miguel Pérez Fernández, de 33 años y que aprobó una oposición a subalterno-conserje de la Xunta en febrero del año pasado y se encuentra a la espera de plaza, Celso Luengo Miguel del Corral y Pedro García Peña, ambos de 30 años, que están en pleno proceso de preparación del examen.

Pero no son los únicos que en su momento se animaron a trabajar para ser funcionarios, en el grupo son varios los que ya lo intentaron y otros que todavía se lo están pensando.

El objetivo de todos ellos es lograr un trabajo. «Yo solo quiero un trabajo, solo quiero trabajar», afirma rotunda Helga.

Es una de las principales reivindicaciones de las personas con síndrome de Down, ya que solamente a través de la actividad laboral sienten «que nos reconocen como personas».

Solo de este modo ven posible independizarse, alcanzar una igualdad de oportunidades con el resto de la sociedad. «Que no nos traten diferente, porque todos tenemos las mismas necesidades».

Es por ello también que la campaña de este año de Down España lleva por lema la frase «Tan como tú», mostrando, a través de cinco piezas independientes, que las personas con síndrome de Down «sienten, piensan y actúan tan como tú, tan como todos nosotros», y que pretende sensibilizar a la ciudadanía sobre la necesidad de construir una sociedad verdaderamente inclusiva.

Miguel: un ejemplo a seguir

Antes de aprobar las oposiciones de funcionario de la Administración autonómica, Miguel Pérez Fernández estudió en la Academia Gallega de Masaje, lo que le abrió las puertas a trabajar en el Centro Torrado (donde lleva ya 13 años) y, anteriormente, en la Sociedad Deportiva Teucro (durante cinco temporadas).

Combinó el estudio para ser subalterno con el trabajo y durante los últimos once años se presentó a examen en siete ocasiones. Consiguió en 2024 el puesto número 15 de las 28 plazas convocadas para personas con discapacidad intelectual. Sigue esperando a que salgan las listas de plazas disponibles, por lo que mientras tanto continúa trabajando en el sector privado.

Reconoce que lograr ser funcionario «fue difícil, porque tuve que renunciar a las salidas» de ocio. «Pero merece la pena», confiesa este joven, que se define como «constante, organizado y ordenado». Él es todo un ejemplo para sus compañeros Celso y Pedro, que siguen estudiando.

Los usuarios del programa de formación para el empleo en el aula.

Los usuarios del programa de formación para el empleo en el aula. / RAFA VAZQUEZ

Obtener y defender el empleo

Luis Montes, técnico en el «Programa de Formación para o Emprego» de Down Xuntos, explica que el objetivo es preparar a los usuarios tanto para obtener un trabajo como para después ser capaces de defender ese empleo.

«Este grupo es el de búsqueda activa de empleo, es decir, que son personas que o bien están en situación de desempleo o bien queriendo trabajar más horas. También están las personas que ya tienen una situación laboral estable, que son del grupo de mantenimiento, pero que vienen a mejorar y aprender más», resume.

Por otro lado, está el «Programa de Emprego con Apoio», de acompañamiento laboral, a través del cual los trabajadores de la asociación acompañan a los usuarios a sus puestos de trabajo en la primera etapa, para que se sientan más seguros.

Por lo general el sector servicios es el más accesible a las personas con síndrome de Down a la hora de trabajar, ya que aunque la mayoría tienen una formación, la cualificación requerida no es muy elevada.

Las empresas colaboradoras dan a estos jóvenes una oportunidad importantísima en su integración social plena, aquella que necesitan para cumplir su sueño de trabajar y, aunque puedan seguir dependiendo de sus familias, independizarse de algún modo. Conseguir, en definitiva, ese objetivo tan reivindicado cada 21M.

Manuel Pérez Cabo: «La esperanza de vida de una persona con Down ronda los 65 años»

El presidente de Down Pontevedra Xuntos, Manuel Pérez Cabo, lo tiene claro: «El 21 de marzo como Día Mundial del Síndrome de Down no debería existir, como tantas otras cosas, porque significaría que todo está correcto. Pero como no es así, es la forma de que la sociedad en general se sensibilice, así como los medios de comunicación».

«Este año el lema es ‘Tan como tú’ y esa es la idea: la actuación de una persona con síndrome de Down es similar a la de otra persona de su edad. Es la visión que queremos dar», afirma.

Pérez Cabo recogió el pasado martes por la noche el Premio Social de la Diputación de Pontevedra a la asociación Down Galicia, de la que es vicepresidente. «Ha sido muy importante, pero, lógicamente, esto trae mucho trabajo detrás. El premio llega por un programa sobre envejecimiento. Los neurólogos de los hospitales ya están implicados y hemos dado varias charlas con ellos», celebra.

«Hoy la esperanza de vida de las personas con síndrome de Down ha crecido considerablemente y ronda los 65 años. Los padres no van a vivir más que los hijos y hay que ver cómo se va a asumir ese envejecimiento de una forma sana, digna y feliz», recuerda.

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