El Pontevedra desaprovecha en Luanco el 'regalo' del Numancia (0-0)
Los granates siguen en segunda posición de la tabla tras un partido incómodo y con escasas ocasiones

Los jugadores se saludan tras el partido en Luanco / PCF
El Pontevedra regresa de Asturias con un triste empate sin goles ante el Marino de Luanco en el campo de Miramar. Podía recuperar el liderato en la tabla del grupo I de Segunda RFEF después del tropiezo matutino del Numancia en Los Pajaritos, que no pasó tampoco del empate ante el UD Llanera (3-3). Pero los granates han sido incapaces de aprovechar este 'regalo' de los sorianos tras un choque en Luanco en el que no estuvieron cómodos durante los 90 minutos y apenas generaron ocasiones de gol. Es más, la actuación del portero Edu Sousa fue providencial para arrancar al menos un punto y mantener la pugna con el líder.
Yago Iglesias puso sobre el campo de inicio a Edu Sousa, arropado por Fontán, Mario Gómez, Pelayo y Álex González, con Rares y Samu Mayo en la medular, y Yelko de organizador, con Abelenda, Chiqui y Rufo más adelantados. En un campo que fue de más a menos y acabó en muy malas condiciones, el Pontevedra jugaba a rachas pero sin dominar el partido y en varias ocasiones se vio superado por los locales.
La primera y mejor ocasión de los granates no llegó hasta el minuto 41, un cabezazo de Brais que no encontró portería. La primera parte finalizó con una mejoría en la imagen visitante, pero sin éxito.
Tras el descanso, el mister mantuvo el mismo once un cuarto de hora más, cuando entraron Miguel Cuesta por Samu y Charly por Rufo, lo que llevó a Abelenda al medio del campo. Pero el nuevo esquema tampoco funcionaba y los granates seguían atascados. Dominaban más el balón y el terreno, pero el Marino contraatacaba con peligro.
De hecho, en el minuto 63 llegó su mejor ocasión, a la salida de un córner. Sousa hizo un paradón sobre la línea. Poco antes Mario Gómez no acertaba en el remate y el Pontevedra pedía penalti por mano en el área asturiana que el árbitro no pitó.
Seguía sin estar cómodo el equipo pontevedrés y los cambios no daban resultado. Tampoco la entrada de Xabi por Chiqui. Edu volvía a salvar al equipo y solo cabía esperar al final.
Quizás haya sido el parón obligado por los temporales que suspendieron el partido del 26 enero precisamente ante el Numancia, o quizás el palo que supuso la derrota 3-0 ante el Fabril, o tal vez la baja de Dálisson desde hace unos partidos. O incluso la eliminación en Copa. Lo cierto es que desde hace unas tres semanas el Pontevedra no carbura como antes y cada partido se convierte en un viacrucis para los granates y, sobre todo, para la afición.
Y en un mes llega a Pasarón el Numancia, el 19 de marzo, para disputar el partido aplazado. El Pontevedra necesita no solo mantener el ritmo de los sorianos hasta entonces, sino también mejorar su propio nivel. Muchos se acuerdan ya de lo que pasó la temporada pasada con el Ourense.
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