La protectora de animales de Poio pide «ayuda urgente» para Pincho y Miki

Los responsables de la asociación A Canceira temen por sus vidas

Tras cinco años en una casa de acogida, sin sufrir apenas ataques epilépticos, el perro ha vuelto al canil donde su enfermedad se agrava

El gato, enfermo de leucemia, se ha quedado solo en su jaula después de la adopción de su madre y su hermano, «y no come»

El perro Pincho, y el gato Miki necesitan una adopción urgente.

El perro Pincho, y el gato Miki necesitan una adopción urgente. / A Canceira de Poio

Marta Clavero

Marta Clavero

A Canceira de Poio pide ayuda urgente para dos de sus residentes. Esta asociación sin ánimo de lucro se encarga del cuidado de los animales recogidos, y trabaja para que la perrera municipal sea un lugar de paso lo más breve posible.

También se esfuerza para que perros y gatos se sientan cuidados, queridos y en un entorno seguro. Pero en las últimas horas se han encendido todas las alarmas para Pincho y Miki, dos de sus moradores, de ahí que hayan lanzado un mensaje desesperado por ellos.

El primero es un perro que llegó hace unos seis años a la Canceira y, tras unos meses residiendo ahí, se fue a una casa de acogida. En la perrera municipal le daban ataques epilépticos constantemente, algo que menguó durante los cinco años residiendo en este hogar, del que ha tenido que volver esta semana. «Esta situación hace que peligre su salud, ya que en su casa de acogida apenas tuvo ningún ataque y volver a la perrera puede ser un detonante fatal. Es un perro maravilloso, muy dulce, bueno, cariñoso y sociable», apuntan desde A Canceira.

Aseguran que «estamos haciendo lo que podemos, pero lo que realmente necesita Pincho es un hogar y una familia. Nos duele muchísimo pensar en como tiene que estar viviendo este proceso que ya de por si sería duro para cualquier animal», de ahí que pidan una acogida urgente.

Miki, positivo en leucemia

También buscan una familia para Miki, un gato que llegó a la Canceira en mayo de 2023 y que nunca ha estado solo en la jaula. Pero hace ya varios días que su madre y su hermano fueron adoptados, y este pequeño bigotudo todavía no se acostumbra a esas ausencias.

«Ahora es el último que queda y lo está llevando fatal. No come y siempre está buscando a su familia», explican sobre este felino que cuando salía de su jaula «le encantaba investigar, pero ahora ya no quiere ni hacerlo. No se separa ni de ti, ni de la jaula. Nos da miedo que le bajen las defensas y esto tenga consecuencias», se lamentan los miembros de la asociación.

Para mayor desgracia, Miki es positivo en leucemia, por lo que la adopción o la acogida debe ser en una casa donde no haya más gatos, y si los hay, que sean positivos también. «No sabemos lo larga que puede ser su vida o no, pero queremos que no la viva en una jaula y mucho menos él solo», apuntan.

A Canceira de Poio deja este teléfono para contactar por si alguien está interesado en acoger o adoptar a Pincho y/o a Miki: 620 14 60 33. También pueden dirigirse a la protectora porr mensaje privado a través de su perfil de Instagram.

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