Diez años de prisión para el acusado de abusar de forma continuada de la nieta de su pareja

Fachada de la Audiencia Provincial de Pontevedra

Fachada de la Audiencia Provincial de Pontevedra / Rafa Vázquez

Pontevedra

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Pontevedra ha condenado a diez años de cárcel a un hombre por cometer un delito continuado de abusos sexuales con penetración sobre la nieta pequeña de su pareja, desde que tenía siete años hasta que cumplió los doce. Además, el acusado deberá abonar 60.000 euros a la víctima por los daños morales ocasionados.

El tribunal explica que el procesado, "movido por la intención de satisfacer sus deseos", y aprovechando que la menor convivía con su abuela y con él, además de con sus padres y hermanos, le realizó de manera continuada actos de contenido sexual.

Los hechos relatados en la resolución han sido confirmados por el propio acusado ante la Audiencia Provincial y los magistrados también han destacado la credibilidad del testimonio de la víctima, corroborado por los informes psicológicos. En ellos se recoge que la declaración de la menor "contiene criterios de contenido suficientes para establecer que el relatado es propio de una memoria basada en hechos vividos".

La sentencia no es firme, pues cabe presentar recurso ante el TSXG.

Se considera probado que el acusado, desde aproximadamente 2013, residía con su pareja en la vivienda familiar, con la hija de esta, su esposo e hijos de ambos. Como el investigado estuvo viviendo en ese domicilio varios años, fue adquiriendo gran confianza con los menores que lo trataban como si fuese su abuelo. Movido por la intención de satisfacer sus deseos sexuales, comenzó a tener un trato especial con la menor de los tres, y al menos en el periodo comprendido entre los años 2015 y 2020, cuando la niña tenía entre siete y doce años de edad, realizó diversos tocamientos en las partes íntimas de la menor cuando se encontraba a solas con ella.

El acusado se introducía en la habitación en la que dormía la niña, le bajaba la ropa y comenzaba a tocarle sus partes íntimas. En otras ocasiones se bajaba él su ropa e incluso cometía penetraciones.

Estas situaciones se repitieron varias veces a lo largo de esos cinco años y ocurrían unas veces en el dormitorio de la niña, otras veces la llevaba a su propio dormitorio, otras veces en la cocina de la casa y otras veces en el lugar donde guardaban las cabras. Siempre aprovechaba los momentos en que no había nadie más en la casa o en la dependencia en la que se encontraban y siempre le decía a la niña que no podía contar nada de aquello a nadie y solo dejó de hacerlo cuando la niña, ya con doce años, le insistió en que si continuaba realizándole tocamientos se lo iba a decir a sus padres.

Como consecuencia de todo ello, la menor ha resultado con un trastorno de estrés postraumático que le genera obsesiones, susceptibilidad interpersonal, ánimo depresivo, ansiedad, comportamientos de aislamiento e hipervigilancia.

La madre de la menor, Reyes, presentó denuncia por estos hechos en noviembre de 2021. El procesado se encuentra privado de libertad por esta causa desde el 25 de junio de 2024.

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