Las toxinas regresan a la ría y causan los primeros cierres de polígonos de bateas

El Intecmar decretó ya la clausura de dos de las tres áreas de mejillón frente a Poio | En los últimos cinco años, el sector estuvo afectado por estos procesos más del 40% de los días

Barcos bateeiros en Combarro

Barcos bateeiros en Combarro / Gustavo Santos

N. Davila / M. Méndez

La ría de Pontevedra suele ser la primera en las Rías Baixas en adelantar la llegada de las toxinas a sus aguas. Y además, es donde más se prolonga este proceso, que suele llegar en los meses de febrero y marzo. Y la situación parece repetirse en 2025. El Intecmar acaba de decretar los primeros cierres de este año por la presencia de toxina y dos de los tres polígonos de bateas ubicados en el litoral de Poio están ya clausurados: Portonovo A desde el 1 de febrero y Portonovo B desde ayer lunes. En la ría también tienen prohibida la extracción dos áreas de Bueu.

Barcos mejilloneros en Combarro. |  G. Santos

Una batea en la ría / G. Santos

Se inicia así una temporada que en la mayor parte de los casos se extiende hasta noviembre de forma periódica. Fue ese mes de 20244 el último con cierres por toxina y ahora regresa apenas diez semanas después. De hecho, en los últimos cinco años se observa que este fenómeno natural obliga a cerrar más del 40% de los días. En 2024 fueron más de 130 días en todo el año pero en 2020, por ejemplo, se pasó de los 250 en los tres polígonos de Poio.

Este cierre por toxinas llega en un momento en el que el sector mejillonero gallego sigue anclado en la fragmentación, lo que da lugar a una especie de «minifundismo» que para muchos es un lastre, acumula más bateas que nunca: 3.573. Así se desprende de los datos aportados por las propias asociaciones u organizaciones de bateeiros cuando dan cuenta del número de parques de cultivo flotantes adheridos a cada una de ellas.

Según ese registro, en manos de la Consellería do Mar, se habría pasado de 3.374 parques de cultivo flotantes a principios de 2023 a los 3.571 de febrero de 2024 y a las citadas 3.573 bateas actuales. Además, hay 45 asociaciones diferentes para agrupar a los viveros. Y ni siquiera a todos, ya que únicamente acogen en su seno a 2.370, ya que los 1.203 parques restantes son los que «están por fuera», como se dice coloquialmente en el sector. Dicho de otro modo, estas últimas son bateas de concesionarios que prefieren no participar en ninguno de los colectivos que representan al sector. Y lo cierto es que a medida que aumenta el número de bateas en la comunidad, también crece la cifra de las que «van por libre».

En cuanto a las que sí continúan formando parte de alguna asociación, puede destacarse que la media es de medio centenar de viveros en cada entidad, pero las hay de más de doscientos y de solo tres.

En el último año solo doce entidades aumentaron su masa social, dieciocho se mantuvieron como estaban respecto a 2023 y una quincena de colectivos perdieron peso. El descenso más notable es el de la Sociedad Cooperativa Galega Amegrove, con sede en Porto Meloxo (O Grove) y que en los viejos tiempos llegó a rozar el medio millar de parques. Sigue siendo la entidad mayoritaria, con 260 bateas, pero continúa en caída libre, perdiendo 23 viveros respecto al año pasado y treinta, si se compara con 2023.

Con 44 aparece la Asociación de Productores Mejilloneros de San Adrián de Cobres (Amesa), que mantiene inalterable el número de bateas inscritas. La Asociación de Mejilloneros de Combarro-Raxó, tiene 21. Para cerrar la relación con la Asociación de Productores de Mejillón y Ostrícolas Río Mayor de Vilaboa, tiene 9 viveros.

Un sector con 3.573 bateas en Galicia en 45 asociaciones

Hace más de una década se superaba el medio centenar de asociaciones de bateeiros en Galicia. Ahora son 45, lo cual podría interpretarse como una prueba de que algo ha mejorado a nivel organizativo. Pero en realidad no es así, pues se mantiene una absoluta fragmentación que dificulta la toma de decisiones e impide situar al mejillón en el lugar que le corresponde.Hay que tener en cuenta que no es solo que 2.370 bateas estén ligadas a 45 asociaciones diferentes y que otras 1.203 estén «por fuera». También hay que tener presente que algunas de esas entidades se integren, a su vez, en agrupaciones o federaciones, como es el caso de la Organización de Productores de Mejillón de Galicia (Opmega), mayoritaria en el sector, e incluso de Cons de Udra (Bueu).Además, cada bateeiro a título individual, cada asociación y cada una de las grandes agrupaciones puede formar parte, o no, de la Denominación de Origen Protegida Mexillón de Galicia. En definitiva, que el potente sector mejillonero sigue dividiendo sus fuerzas en un entramado de siglas, a pesar de los reiterados e insistentes llamamientos a la unidad. Como se ha indicado en otras ocasiones, el propio sector sabe que la unidad es una herramienta vital para su futuro, pero no es capaz de lograrla.

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