El Pontevedra rompe en Riazor una racha de cuatro meses sin perder (3-0)

Jornada aciaga para el Pontevedra en un escenario de postín, Riazor, para visitar al filial del Deportivo. El Fabril enseñó las debilidades de los granates y endosa un contundente 3-0 a un equipo lerezano que además cede el liderato al Numancia, que ganó, en el último minuto y de penalti, al Bergantiños. Ambos suman 43 puntos, pero el golaveraje favorece al equipo soriano.

Cobra así más importancia el partido aplazado entre ambos y señalado para el 19 de marzo. Es un mes y medio de margen para que el Pontevedra no se resienta de la derrota matutina de este domingo, que llega después de cuatro meses sin perder. El último que hizo morder el polvo a los granates fue el Marino de Luanco el 6 de octubre, cuando venció por 0-1 a los granates en Pasarón.

El partido de este domingo vino marcado por la contundencia y eficacia del Fabril en ataque y la falta de ideas del Pontevedra para materializar sus ocasiones.

Una primera parte para olvidar. Un gol en contra en el arranque del partido y un Pontevedra poco reconocible, sin dominar el balón ni las áreas.

Con la baja de Dálisson y Chiqui ya recuperado pero en el banquillo de inicio, Yago Iglesias planteó un once con Edu Sousa en la portería, Fontán, Mario Gómez, Pelayo, Héctor Hernández, Iago Novo, Álex González, Samu Mayo, Yelko Pino, Xabi Domínguez y Brais Abelenda como falso nueve, puesto que Charly y Rufo quedaron en la banda.

Todavía sin asentarse en el campo, llegó el primer gol del Fabril, en el minuto 4. Fallo de Mario en el despeje y Kevin le gana la partida para batir de una soberbia vaselina a Edu Sousa, que estaba algo adelantado.

El peor escenario para los granates, con un filial deportivista que apostaba por robar y salir pero que se hizo con el control del balón durante casi toda la primera parte y llegaba con facilidad al área del Pontevedra.

Los granates no solo se quedaban sin la pelota, sino que apenas daba sensación de peligro. Y cuando lo hizo, se encontró con las excelentes paradas de Alberto. Una fue en el minuto 9, a remate de Samu Mayo, y otra ya en el descuento de la primera parte, con un cabezazo de Brais, prácticamente todo lo que hizo el delantero en toda la primera parte. Tampoco Álex González, volcado a la izquierda tuvo su mañana.

En la banda izquierda se mostraba más activo Xabi Domínguez, con algún centro al área, pero sin resultado.

Porque era el Fabril el que protagonizaba el choque, especialmente Kevin, que mareó a la defensa pontevedresa en varias ocasiones. Solo Pelayo mostraba solvencia atrás y se incorporaba en ataque con criterio. Lástima que el más entonado hasta entonces del Pontevedra viera una tarjeta amarilla en el minuto 16.

Además del gol, los coruñeses gozaron de una ocasión en el primer cuarto de hora por una mano de Fontán sobre la línea del área que el árbitro pitó unos centímetros fuera. La falta salió rozando el poste derecho de Sousa.

La segunda parte supuso una revolución en el once. Tras el descanso entraron Charly y Chiqui por Iago Novo y Xabi Domínguez, retrasando a Abelenda al medio del campo. Después se incorporaban Miguel Cuesta, que debitaba tras su reciente fichaje, y Garay, en lugar de álex González y Fontán y a falta de un cuarto de hora era Rufo el que ocupaba el puesto de Yelko Pino, la última bala de Yago Iglesias.

El Pontevedra mostraba mejor cara y se volcó sobre la portería de Alberto, pero con la pólvora siempre mojada, unido a la excelente actuación del portero fabrilista.

Y con los granates adelantados llegó en el minuto 21 un rápido y letal contraataque de Fabi, sorprendentemente solo en el medio del campo. Batía por bajo a Edu Sousa y dejaba el partido muy cuesta arriba, si no incluso sentenciado.

Llegaron unos minutos de ocasiones granates, pero el Pontevedra se veía muy tocado, más aún con el tercer gol del Fabril, obra de Teijo en el minuto 44. No llegó el cuarto de milagro, con otras dos ocasiones muy claras de los de Manuel Pablo.

Mario Gómez, muy incómodo todo el partido ante los móviles delanteros del Fabril, veía en el minuto 42 una tarjeta amarilla que acarrea suspensión.