Una entrada desde Barcelos dará paso a una gran plataforma para contemplar Santa Clara
Desde ese primer nivel que simbolizará la nueva condición pública del convento, una escalera en el interior llevará a los visitantes hasta el nivel del claustro | Se habilitará otro acceso en la calle Santa Clara para los traslados de obras

Visita técnica de los equipos de Nieto Sobejano y del Museoa Santa Clara para últimar el proyecto de ejecución. / Gustavo Santos
El convento de Santa Clara contará con un acceso al público desde la plaza de Barcelos. Será finalmente mediante una gran plataforma que brindará a los visitantes una visión única del claustro, un primer contacto impresionante a la altura de «un edificio único, un milagro», reconoce la arquitecta Fuensanta Nieto, fundadora del estudio de arquitectura Nieto Sobejano, ganador del proyecto para transformar el antiguo cenobio de las clarisas, de 750 años y con ampliaciones entre los siglos XVI y XX, en la nueva sede del Museo.
Nieto encabezó esta semana una visita técnica al convento, un recorrido en el que estuvo acompañada por la directora del Museo, María Ángeles Tilve, y por restauradoras de la institución cultural, así como por arquitectas y el asesor legal de su estudio. El objetivo era comprobar y analizar nuevos desafíos, como los retos estructurales que plantea el edificio, y de este modo ultimar los detalles del proyecto de ejecución.
El claustro se convertirá en el corazón del edificio y la nueva entrada se abrirá en el muro sur, que linda con la plaza, simbolizando la nueva condición pública de un conjunto cerrado durante siglos y que pasará a conectarse, también su espacio verde, con la ciudad.
Fuensanta Nieto explica en este punto que, una vez rehabilitado, el recinto contará con dos accesos principales. El primero será «uno de peatones y del público que va a entrar hacia el museo, que lo estamos planteando por la zona de Barcelos. Tenemos un punto específico en el que vamos a hacer una apertura en ese gran muro. A través de ese gran muro se entra y además creemos que es un punto muy importante para el acercamiento del público al Museo porque al entrar podrá ver todo el espectáculo de Santa Clara, en el sentido de ver el claustro, de ver todo el edificio y así poder entenderlo».
Además, añade la arquitecta, «entramos a una altura mayor de la que está actualmente el claustro, y luego ya bajamos a una zona en donde se mantendrán los restos que existen allí de unas edificaciones que ya estaban derruidas cuando llegamos pero vamos a mantener los restos. No restaurarlos pero sí consolidarlos».
«A través de ese gran muro se entra y además creemos que es un punto muy importante para el acercamiento del público al Museo porque al entrar podrá ver todo el espectáculo de Santa Clara, en el sentido de ver el claustro, de ver todo el edificio y así poder entenderlo», señala Fuensanta Nieto, del estudio Nieto Sobejano, ganador del concurso internacional para la rehabilitación
La cota en la calle Santa Clara y la de la plaza de Barcelos son muy distintas. «Lo que estamos haciendo» en el proyecto, añade la especialista, «es entrar a la cota alta y cuando lleguemos hacemos una plataforma desde la cual se puede ver el claustro».
Desde esa plataforma se planteará «una escalera que bajará ya al interior edificio para poder entrar a la altura del claustro y así mantener una única cota que permita el tránsito a nivel de todo el edificio y de las zonas de exposición».

En el jardín se conservarán elementos como los postes de piedra de los emparrados. / Rafa Vázquez
Se trata de precisamente de uno de los grandes retos del proyecto que impulsa la Diputación: los diferentes niveles que presenta el convento en sus diferentes áreas. «En un espacio como este, en un edificio tan importante, pero que se va a convertir en un museo, es muy importante que esos diferentes niveles los podamos igualar, porque no nos olvidemos de que el museo tiene que funcionar», detalla a FARO la responsable de la rehabilitación.
Una vez que el público baje desde ese nivel de la plaza Barcelos, «planteamos la cota baja, que va a estar en toda la zona del edificio».
Enfrentado a esta primera apertura al público, un pabellón de acceso «se formaliza como un amplio baldaquino situado en el eje del claustro, anunciando a los visitantes la nueva condición pública del conjunto», señala el proyecto de Nieto Sobejano.
Para la zona verde se proyectan dos diseños: en el jardín se hará un «tratamiento bajo», se recuperan los caminos de parras y los pilares de piedra de las mismas
Por su parte, la segunda entrada importante se situará en la calle Santa Clara. En este punto la arquitecta señala que «será el acceso de carga de descarga, con ello digo el acceso de personal del museo y de transporte de obras de arte, porque si vamos a tener una exposición temporal necesitamos que puedan entrar camiones pequeños, pequeños pero que puedan entrar pero que puedan hacer la carga y descarga de la obra protegida. Entonces ahí habrá un segundo acceso de obras de arte y personal del edificio».
A mayores, también se podrá acceder al recinto monacal «por la iglesia, siempre que haya un evento o una convocatoria especial», señala Fuensanta Nieto.
Su estudio trabaja actualmente con un equipo de paisajismo en un plan especial para la finca, con dos diseños diferentes en función de las características de los espacios verdes.
En el bosque se estudia cómo regenerarlo, conservando el mayor número posible de árboles existentes
«Por explicarlo de alguna manera: estamos dividiendo el exterior en una zona que nosotros llamamos, entre comillas, bosque y otra jardín, que pertenece al edificio existente», detalla en este punto.
En toda la zona de jardín «estamos intentando recuperar o plantear la recuperación de esos caminos de parras que existían antes, hacer un tratamiento bajo y exclusivamente con las parras».
También se recupera «ese elemento que nos parece tan elegante y tan tradicional de aquí, que son esos pilares de piedra pequeños que son los que van sujetando todas las parras».
Por su parte, la parque que se corresponde a la zona del bosque «lo que estamos viendo es qué árboles podemos mantener y cuales no. Y no estoy hablando por un tema de construcción, sino por el estado de los árboles. Lo que estamos haciendo es ver cómo regenerarlo y dejarlo realmente como está, con el mayor mantenimiento de árboles posible».
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