Los vecinos, con el alcalde de Poio, desalojan la casa ocupada en Combarro
Antes se produjeron escenas de tensión con los okupas a los que llegaron a lanzar huevos a su terraza

Gustavo Santos
A las seis de esta tarde, una hora después de que comenzase una protesta vecinal ante la casa ocupada en la avenida da Cruz de Combarro, en Poio, los usurpadores de la propiedad accedieron a abandonarla.
Lo hicieron tras hablar con el alcalde de la localidad, Ángel Moldes, instantes después de que un grupo de personas entrasen en la propiedad con ánimo de desalojarla. Moldes intercedió entre los vecinos y los okupas, a quienes invitó a irse para que la crispación palpable en el ambiente no desembocase en consecuencias indeseables para todos.

El alcalde de Poio, Ángel Moldes, en el piso okupado. / Gustavo Santos
El propio alcalde solicitó la presencia de un taxi para llevar a los okupas, con sus escasos enseres, hasta la estación de autobuses de Pontevedra.
Antes de llegar a esta solución, se produjeron escenas de tensión entre los okupas y los vecinos.

De la protesta de los vecinos al desalojo de los okupas de una vivienda de Poio, alcalde mediante / Gustavo Santos
Los primeros salieron a la ventana de la vivienda ocupada en varias ocasiones, en algunas para gravar a los asistentes con un teléfono móvil y en otras dos para exhibir una carta certificada, con la aparente intención de demostrar su derecho a permanecer en la vivienda.

Algunos vecinos, en las escaleras del inmueble. / Gustavo Santos
Lanzamiento de huevos
En en ese momento la mayoría de los asistentes a la protesta profirieron gritos de ¡Fuera, fuera!, ¡Sinvergüenzas!, o ¡Ide a traballar!, entre otros.

Gustavo Santos
Durante la hora que duró la protesta se vivieron algunos momentos de tensión, en los que los concentrados proponían entrar por la fuerza en la vivienda y desalojarla. Desde alguna casa cercana se llegaron a arrojar huevos sobre la terraza de la vivienda ocupada.
«Vine aquí para vivir más tranquila y me encuentro esto»
A la concentración de protesta ante la casa okupada en Combarro acudieron en un primer momento dos patrullas de la Guardia civil y posteriormente se incorporaron unidades de la fuerza especial USECIC de la Guardia Civil, en previsión de tener que intervenir para garantizar la seguridad. El propio alcalde de Poio, Ángel Moldes, se encargó de calmar los ánimos en varias ocasiones, para que el conflicto no fuese a más.
Moldes agradeció tanto la responsabilidad de los vecinos como la pronta respuesta de la SAREB, banco propietario del inmueble, que envió a un representante desde Pontevedra para contribuir a solucionar el conflicto. Una vez desalojada la vivienda, vigilantes de seguridad se hicieron cargo de la misma y unos cerrajeros cambiaron las cerraduras. También se instalaron nuevas alarmas de seguridad en la vivienda.
Antes de producirse el desalojo, los vecinos colindantes expresaron su preocupación por la inseguridad que suponen estas situaciones. «Yo vivía en Vigo y me trasladé aquí para vivir más tranquila y ahora me encuentro con esto al lado de casa», manifestaba Rocío Lores, colindante con la vivienda ocupada. «Esto hay que pararlo a tiempo si no queremos que el pueblo se convierta en un foco de delincuencia», apuntaba a su lado José Manuel. Muchos asistentes felicitaron al alcalde por la pronta solución del conflicto.
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